Page 119 - Mahabharata
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1. El comienzo                                                                            99


                   —Joven, eres muy hermosa, ¿acaso eres la diosa que protege este bosque salvaje?
               ¿eres una apsara? ¿Quién eres y qué haces aquí? ¿Por qué contemplas esta lucha feroz?

               Dime qué sucede.
                   Con la cabeza inclinada y gestos nerviosos Hidimbi le contestó:
                   —Este denso bosque, oscuro como una nube de invierno y lleno de agua por todas
               partes, es el lugar donde vivimos mi hermano y yo. Ese rakshasa que está luchando con
               tu hijo es mi hermano.
                   A continuación le contó lo que había sucedido y cómo ella se había enamorado
               repentinamente de Bhima. Yudhishthira y sus hermanos observaban de pie cómo se
               desarrollaba la lucha y al poco rato Arjuna dijo:

                   —Bhima, dame una oportunidad a mí porque esto no es justo. Tú has permanecido
               despierto desde hace ya dos noches y has caminado una enorme distancia cargando con
               nosotros: debes estar cansado. Yo ya he dormido y me siento fresco; por favor déjame
               que me encargue de él.
                   Bhima sonrió y le dijo:

                   —No te preocupes Arjuna, ya está casi muerto. Una vez que lo coja entre mis brazos
               ya no podrá escapar de la muerte. Tú tan sólo observa y disfruta; acabaré con él pronto.
                   Arjuna le dijo:
                   —Date prisa porque ya está cayendo la noche y ya sabes que la fuerza de los rakshasas
               aumenta cuando llega la noche. Debes matarle antes de que el Sol se ponga por detrás
               de las colinas.

                   Bhima cogió a la inmensa forma del rakshasa entre sus brazos y lo estrujó hasta hacer
               salir la vida de él. Con un terrible grito de dolor Hidimba cayó al suelo muerto. Pero aún
               la ira de Bhima ardía en su sangre y saltando encima del cuerpo del rakshasa le pateó
               hasta reducirlo a una masa informe.
                   Yudhishthira abrazó a Bhima y le dijo:

                   —Me siento muy afortunado de tenerte como hermano. Contigo, con Arjuna, Nakula
               y Shadeva para protegerme ¿cómo voy a sentirme solo? Soy más poderoso que todos los
               devas juntos.
                   Luego le pidió a Bhima que se sentase y descansase por un rato. Transcurrido un
               cierto tiempo Yudhishthira propuso irse de allí. Y Arjuna dijo:
                   —Parece que hay una ciudad en algún lugar cerca de aquí. Vamos a ella.
                   Y todos emprendieron de nuevo la marcha. La pobre Hidimbi les seguía y acercándose
               a Kunti le dijo:

                   —¿Qué voy a hacer?
                   Yudhishthira escuchó su voz y se giró hacia ella, Hidimbi continuó diciendo:
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