Page 129 - Mahabharata
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Capítulo XXXIV
ARJUNA DERROTA A UN GANDHARVA
A era media noche cuando llegaron a orillas del río Ganges. Cansados como venían,
Y decidieron tomar un baño en las aguas frescas del río. Pero allí había un gand-
harva con sus esposas, al cual le molestó la intrusión de aquellos seres humanos en su
privacidad e intentó detenerles diciéndoles:
—Soy un gandharva, mi nombre es Angaravana. No podéis entrar en el río, este río
ha sido siempre mío.
Arjuna se enfureció por la arrogancia del gandharva y le respondió:
—Escucha: el mar al igual que las montañas y las aguas de los ríos son propiedad
común de todos. No tienes ningún derecho a proclamar como tuyo este río; decir eso es
sólo una pretensión de tu arrogancia. Nosotros somos fuertes y poderosos, así que si lo
que intentas es asustarnos no vas a tener éxito.
El gandharva comenzaba a ponerse impaciente con aquellos mortales y les dijo:
—Idos de aquí y no me hagáis malgastar mi tiempo, ni malgastéis el vuestro. Si no lo
hacéis me temo que tendré que usar la violencia y la fuerza para echaros de este lugar.
Arjuna le respondió:
—Por favor, no seas necio. Si lo que intentas es amenazarnos con la violencia también
nosotros podemos hacerlo.
El gandharva estaba ya muy furioso y, sin pensárselo más, empezó a disparar flechas
sobre los pandavas y especialmente sobre Arjuna. Éste se refugió esquivándolas; y le
dijo:
—Si disparases flechas sobre alguien que no tuviese el más mínimo conocimiento en
el uso del arco quizá podrías tener éxito, pero en lo que se refiere a mí, no es ése el caso.
Voy a demostrarte que soy tan diestro como tú o más.
El gandharva no cesaba de disparar flechas una tras otra y la paciencia de Arjuna se
estaba ya agotando, por lo que le lanzó el astra llamado Agneya, el astra presidido por
Agni, el dios del fuego. Aquella arma celestial avanzaba escupiendo fuego e incendió la
carroza del gandharva. Arjuna le cogió y le sacó fuera de ella. Las esposas del gandharva
cayeron a los pies de Yudhishthira implorándole misericordia, y éste ordenó a Arjuna
que dejara al gandharva en libertad. Después de la exhibición de destreza de Arjuna
la arrogancia del gandharva se había desvanecido. Ahora quería hacerse amigo de
ellos y aprender la invocación mágica de aquel astra que había prendido fuego a su
carroza. A cambio el gandharva le dio a Arjuna el poder de ver lo que sucede en los tres
mundos, además de hermosos caballos que jamás se fatigaban. En cuanto el gandharva