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vio quiénes eran, se puso muy feliz de saber que los pandavas estaban vivos en la tierra
y les hizo la siguiente sugerencia:
—Vais a ser los señores de esta tierra, por lo cual es necesario que tengáis un guru, lo
vais a necesitar; los reyes deben tener un sumo sacerdote. Con la ayuda de un brahmín
gobernaréis la tierra como lo hicieron vuestros padres.
Así pues los pandavas le pidieron que les sugiriera a alguien para asumir el papel de
sumo sacerdote. El gandharva sugirió que fuese Dhaumya. Arjuna le dio las gracias y le
dijo:
—En cuanto a los caballos que me has regalado consérvalos aún contigo. Cuando
lleguen los días oscuros, una vez que las circunstancias hayan cambiado, te los pediré.
Los pandavas se despidieron de él afectuosamente y emprendieron el camino en
busca de Dhaumya.
Dhaumya estaba muy satisfecho con la humildad y el comportamiento de los pan-
davas por lo cual aceptó ser su guru. Ellos sentían que las nubes oscuras se estaban
disipando permitiendo que la luz entrase en sus corazones. Y a pasos agigantados se
apresuraron por llegar al reino de Panchala donde, según Vyasa, agradables sorpresas
les estaban aguardando.
Capítulo XXXV
EL SWAYAMVARA EN KAMPILYA
OS pandavas llegaron a la ciudad de Kampilya y se alojaron en la casa de un alfarero.
L Su alimento diario aún provenía de las limosnas que recogían mendigando. Mientras
recorrían la ciudad pidiendo limosna escucharon muchos comentarios. La gente decía:
« Nuestro rey está seguro de que los pandavas viven aún, un rishi le dijo que Draupadi
iba a ser la esposa de Arjuna. Por eso el rey ha puesto un arco pesado en el salón donde
se va a celebrar el swayamvara y una diana en forma de pez colgando del techo que
continuamente da vueltas. Para ganarse la mano de Draupadi su pretendiente tiene
que clavar cinco flechas en la diana proclamándose así vencedor. Esta prueba no puede
realizarla un arquero ordinario, sólo Arjuna puede hacerlo. » Todo el mundo estaba
impaciente esperando el día del swayamvara.
Los reyes de aquella región se habían congregado en aquella ciudad para asistir a
la celebración como participantes. Los pandavas estaban allí también disfrazados de
brahmanes. Las huestes de los kurus, con Duryodhana y Radheya a la cabeza, habían
llegado también a la ciudad. Todos los Yadavas, los Bhojas, los Vrishnis y los Andhakas
estaban allí. Los jefes de todos ellos eran Balarama, Krishna y sus primos. Se habían
construido mansiones para alojar a los invitados provenientes de todas partes del mundo.