Page 135 - Mahabharata
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1. El comienzo                                                                           115


               arquero famoso. Soy un hombre ordinario como puedes ver; un brahmín. Al igual que
               tú aprendí a usar el arco a los pies de un brahmín. Y ahora continuemos la lucha.

                   —Diciendo esto Arjuna cortó la cuerda del arco de Radheya el cual inmediatamente
               le dijo:
                   —Has vencido —y se retiró.
                   La lucha continuó entre las otras parejas. Salya salió corriendo perseguido por
               Bhima, pero Bhima le perdonó la vida porque era el tío de Nakula y Shadeva. Mientras,
               continuaba la lucha entre Yudhishthira y Duryodhana, que fue uno de los grandes
               acontecimientos del día. Yudhishthira hirió al príncipe kuru con sus agudas flechas.
               Duryodhana parecía una cobra acosada con un palo; se defendía valientemente pero de
               nada le servía. La mansedumbre de Yudhishthira había desaparecido completamente,
               Arjuna y Bhima estaban sorprendidos viendo la furia con la que Yudhishthira luchaba.

               Quizá se acordaba de la injusticia de la que había sido víctima por causa de su primo.
               Nunca antes le habían visto tan furioso. Finalmente los pandavas derrotaron a todos sus
               oponentes, dejando libre el camino de regreso a casa. Los demás reyes al ver cómo los
               pandavas derrotaban a las huestes de los kurus, incluso al mismo Radheya, declinaron
               inmediatamente todo intento de enfrentarse a aquellos valientes brahmanes.
                   Entonces intervino Krishna y dirigiéndose a los combatientes les dijo:
                   —No creo que esta lucha sea correcta. Después de todo, este brahmín se ha ganado
               la mano de Draupadi de forma justa. Luchar contra estos brahmanes sólo porque han
               demostrado ser mejores que ninguno, no es una actitud digna de príncipes y nobles. Así
               que, no luchéis más.

                   De todos modos los reyes ya sabían que no tenían nada que hacer contra aquellos
               desconocidos brahmanes, por lo que gustosamente aceptaron el consejo de Krishna. Pero
               se fueron con la curiosidad de saber quiénes eran aquellos brahmanes.
                   Los pandavas seguidos de Draupadi regresaron a casa del alfarero donde su madre
               les estaba esperando. Y apenas entraron, a grandes voces le dijeron: « Madre, te traemos
               el biksha que hoy hemos recogido. » Kunti estaba en la parte interior de la casa y al oírles
               como era usual en ella les respondió: .
                   —Sea lo que sea que hayáis traído, podéis compartirlo entre vosotros. Luego se reunió
               con ellos sorprendiéndose al ver a la bella Draupadi de pie junto a Arjuna. Yudhishthira
               le dijo:

                   —Arjuna se ha ganado a esta doncella en un torneo y era a ella a quien nos referíamos
               cuando te dijimos que te traíamos lo que habíamos recogido.
                   Kunti al oír esto se sintió horrorizada pensando en la respuesta que les había dado,
               pero ocultando su nerviosismo abrazó a la tímida joven que aún permanecía de pie,
               diciéndole:
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