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—Bienvenida seas a nuestra casa.
Draupadi cayó a sus pies y les limpió el polvo. Kunti luego se la llevó hacia dentro.
Más tarde Kunti fue a donde estaba Yudhishthira y le dijo:
—Hijo mío, estoy muy preocupada por lo que dije. Yo jamás he dicho una mentira, ni
jamás he hecho una mala acción; esto obliga a que lo que he dicho se cumpla.
Todos permanecieron en silencio por unos momentos, luego Yudhishthira pacificando
a su madre le dijo:
—Por favor, no te preocupes, no pasará nada. —Luego miró a Arjuna y le dijo: —Tú
te has ganado su mano, así que tienes el derecho a casarte con ella.
—Por favor, no digas eso, tú eres el mayor de todos nosotros, así que eres tú el que
debe casarte con ella. Después de ti el derecho le correspondería a mi amado hermano
Bhima. Sólo después de vosotros vendría mi opción. Así que dejo en tus manos la
responsabilidad de deshacer este nudo y tomar la decisión final.
Yudhishthira recapacitó por unos momentos y luego dijo:
—Nuestra madre ha dicho que deberíamos compartir a Draupadi entre nosotros y no
hay nada más sagrado que las palabras de nuestra madre; ella es nuestro guru y debemos
obedecerle. Durante todos estos años jamás he hecho nada que no fuera correcto, pero
por otro lado es evidente que todos nosotros amamos a esta mujer. Así que sugiero que
todos nos casemos con ella. No siento que esté haciendo algo incorrecto al sugeriros esto,
creo que mi decisión es justa; así que no nos preocupemos más y hagámoslo así.
Capítulo XXXVII
EL SEÑOR SE ENCUENTRA CON LOS PANDAVAS
L gran salón de swayamvara se había quedado por fin vacío. Krishna, acompañado
E de Balarama, se dirigió a casa del alfarero donde estaban residiendo los pandavas.
Allí se encontró con los famosos hermanos; era su primer encuentro con ellos. Relucientes
como el fuego acudieron a sentarse alrededor de su madre. Krishna avanzó y se postró a
los pies de Kunti, luego se dirigió hacia Yudhishthira y se postró también ante él y le dijo:
—Yo soy Krishna, el hijo de Vasudeva.
En ese momento se forjó entre ellos una amistad solamente comparable a la existente
entre Duryodhana y Radheya. Balarama se postró también ante Kunti y Yudhishthira y
dijo:
—Yo soy Balarama, el hijo de Rohini.
Los pandavas también le saludaron y abrazó a su discípulo Bhima, que era mayor
que Krishna pero más joven que Balarama. Arjuna y Krishna eran de la misma edad.
Krishna les sonrió y les dijo: