Page 150 - Mahabharata
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               todos. La fama de Indraprastha se propagó a lo largo y lo ancho del territorio y desde
               países lejanos venían gentes para verlo, y los que llegaban ya no querían regresar a sus

               países. Una vez terminado su trabajo en la ciudad, Visvakarma se marchó. Yudhishthira
               se sentía muy feliz junto a Krishna y sus hermanos.
                   Así transcurrieron unos días. Y Krishna le dijo a Yudhishthira:
                   —Mi Señor, tengo algo que pedirte.

                   Yudhishthira le miraba con ojos asustados. Krishna le dijo que tenía que regresar a
               Dwaraka pues ya hacía mucho tiempo que estaba fuera de su ciudad. Yudhishthira se
               puso muy triste a pesar de que Krishna le aseguraba una y otra vez que él siempre estaba
               pensando en los pandavas y en su bienestar.

                   —Siempre que me llames, vendré a ti —dijo Krishna—, cuando quiera que pienses
               en mí, vendré más veloz que el pensamiento. Pero ahora déjame que me vaya.
                   Una vez dicho esto se despidió de todos y emprendió la marcha hacia Dwaraka. Su
               carroza se alejaba velozmente, pero había dejado su corazón al cuidado de aquellos
               hombres que eran como dioses en la tierra.


                                                       Capítulo XLII
                                            EL TIRTAYATRA DE ARJUNA


                    OS pandavas se encontraban muy felices en Indraprastha. Unos días después de que
               L se fuera Krishna, vino a hacerles una visita el sabio Narada. Yudhishthira le recibió
               con los honores que se debían a una persona como él. Narada era uno de los hijos de
               Brahma, el Creador. Era un gran hombre y un devoto de Narayana. Cuando todos se
               habían sentado, Narada le preguntó a Yudhishthira cómo estaba gobernando el reino y
               también le dio valiosos consejos sobre muchas cosas. Luego Yudhishthira mandó llamar
               a la reina Draupadi, la cual vino y se postró a los pies del sabio Narada. Después de
               recibir sus bendiciones, se retiró a sus aposentos. Y Narada entonces dijo: —Esta mujer,
               Draupadi, es la esposa de vosotros cinco. Debes tener cuidado de que no haya desunión

               entre vosotros a causa de ella. Una vez había dos hermanos, Sunda y Upasunda, que
               eran inseparables. Se encontraron a una hermosa apsara cuyo nombre era Tilottama y
               los dos se enamoraron de ella y, a causa de su rivalidad, acabaron destruyéndose el uno
               al otro. Te cuento esta historia para que no dejes que surja nada entre tú y tus hermanos.
               Sois poderosos mientras estéis unidos, pero una vez roto el vínculo entre vosotros, será
               fácil para los hijos de Dhritarashtra el derrotaros.
                   Antes de que se fuera, los pandavas llegaron a un acuerdo: Draupadi debía pasar un
               año en la casa de cada uno de los hermanos y si cuando estuviera sola con alguno de
               ellos, se introdujera en su intimidad algún otro hermano, éste tendría que retirarse al
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