Page 147 - Mahabharata
P. 147
1. El comienzo 127
Vidura se dirigió a los aposentos de Kunti y se postró a sus pies. Las lágrimas de sus
ojos humedecían sus pies. Kunti hizo que se levantara haciéndole sentar, y le consoló
diciendo:
—Mis hijos están ahora vivos gracias a tu amor y sabiduría. Pienso en ti día y noche;
tu devoción hacia nosotros es algo que no puede olvidarse fácilmente. No sé si será
seguro ir a Hastinapura; mi mente está alborotada y no puedo pensar por mí misma.
Entonces Vidura le dijo:
—Mi querida Kunti, ningún mal puede acaecerle a tus hijos. No temas, muy pronto
les verás como los señores de la tierra.
Los pandavas, acompañados por Krishna, se encaminaron hacia Hastinapura. Pronto
llegaron a la capital del reino, donde la gente estaba esperando ansiosamente la llegada
de los príncipes pandavas. Hacía mucho tiempo que se habían ido y la ciudad les
esperaba bellamente engalanada y con las calles rociadas con agua perfumada. Había
flores por todas partes. Vikarna y Chitrasena fueron los hijos de Dhritarashtra que les
dieron la bienvenida. Allí estaba también Drona, junto a Kripa.
Pronto llegaron al palacio, donde los pandavas se postraron a los pies de Bhishma y
Dhritarashtra, y fueron cordialmente recibidos por parte de todos. La princesa de Kasi,
que era la esposa de Duryodhana y a quien acompañaban las otras nueras del rey, recibió
a la joven esposa de los pandavas. Luego se postró ante Kunti y más tarde las condujo al
palacio de Gandhari. Una vez allí Kunti y Draupadi se postraron a los pies de Gandhari
pidiéndole sus bendiciones. Gandhari, que tenía el poder de ver el futuro, abrazó a Kunti
y luego a Draupadi. Mientras deslizaba sus brazos por la suave silueta de Draupadi, se
decía para sí misma:
—Esta mujer está destinada a ser la causa de la muerte de mis hijos. —Luego bendijo
a ambas y ordenó que preparasen la casa de Paridu para servirles de residencia.
Capítulo XLI
KHANDAVAPRASTHA, EL REGALO DEL REY
N el gran salón del palacio se preparó una recepción oficial a los pandavas y todos
E ellos, acompañados por Krishna, se dirigieron allí. Dhritarashtra, después de los
preliminares, dijo:
—Yudhishthira, escucha lo que te voy a decir. Este reino mío debe su existencia a tu
querido e ilustre padre, y esto te da derecho a que tú también lo gobiernes. Por lo tanto,
sugiero que el reino sea dividido entre mi hijo Duryodhana y tú. He decidido hacerte
señor de Khandavaprastha. Ahora me gustaría saber tus opiniones y también las de
Krishna.