Page 152 - Mahabharata
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                   —Ahora que ya sabes todo sobre mí, debes dejarme ir. Tengo que observar el celibato.
               Debes comprender cuan imposible es para mí el complacer tus deseos, a pesar de lo

               mucho que me gustaría.
                   Arjuna se quedó mirándola con una sonrisa en sus ojos. Y ella dijo:
                   —Sé a qué te refieres. Sin embargo, veo que no has comprendido las condiciones de
               tu exilio, ni atiendes a tu circunstancia en absoluto. Tu celibato atañe sólo a Draupadi,
               pero no se aplica a ninguna otra mujer que quieras tomar.
                   Mientras decía esto inclinó su cabeza algo ruborizada. Arjuna estaba muy complacido
               con ella y con su hermosura, y pasó una feliz noche en su compañía. Al día siguiente
               salió a tierra y allí relató su aventura a los rishis que estaban en las orillas del río, tras lo
               cual reemprendió su viaje.

                   Arjuna se dirigió a las montañas de los Himalayas y después de visitar todos los
               ríos sagrados de aquel lugar y de los alrededores se puso rumbo al sur, y se bañó en
               los ríos Godavari y Kaveri. Luego llegó a un lugar llamado Manalur, cuyo rey, llamado
               Chitrasena, tenía una hija de nombre Chitrangada de la que Arjuna se enamoró. Así que
               fue al rey y pidió la mano de su hija, a lo que el rey le respondió:
                   —En nuestra familia, desde hace muchas generaciones, ha habido únicamente un
               hijo; esta hija es mi única descendencia. Ella es todo lo que tengo. La he criado con todo
               mi amor y cuidado, pues su hijo será el heredero de mi trono. Si estás dispuesto a dejar
               el niño conmigo como mi heredero y no lo reclamas, con sumo placer entregaré la mano
               de mi hija al más grande héroe del mundo.
                   Arjuna accedió a esta condición, y se casó con Chitrangada. Pasó tres meses con
               ella y luego la dejó y se fue más al sur hasta encontrar el mar al final de Bharatavarsha.
               Entonces cambió su rumbo hacia el norte en dirección a su hogar bordeando la costa

               occidental y se bañó en el mar que estrecha a Bharatavarsha por su parte oeste. Ya estaba
               a punto de finalizar su viaje.

                                                       Capítulo XLIII
                                           LOS JARDINES DE SUBHADRA


                    UANDO los hijos de la casa de los Vrishnis estuvieron en Hastinapura aprendiendo
               C de Drona el uso del arco, Gada, el primo de Krishna, se hizo muy amigo de Arjuna.
               Gada le había hablado a Arjuna de su prima Subhadra, que era la hermana de Sarana.
               Arjuna había oído hablar tanto de su belleza que se había enamorado de ella sin ni
               siquiera haberla visto y ahora se estaba acordando de ella. Así que comenzó a pensar
               de qué forma podía verla sin ser visto. No quería que nadie le reconociera. Sabía que
               Subhadra estaba en Dwaraka, por lo que Arjuna se dirigió a Prabhasarirtha, un lugar
               cercano a Dwaraka. Se había disfrazado como un yati con un tridente en la mano, se
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