Page 157 - Mahabharata
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1. El comienzo                                                                           137


               hablado mucho de él. Ella, también, como Arjuna, se había enamorado de alguien a
               quien ni siquiera había visto. Rukmini, la esposa de Krishna, se había enamorado de él

               sin haberle visto nunca y a Subhadra le ocurría ahora lo mismo. Siempre estaba ansiosa
               por tener noticias de Arjuna. Siempre que alguien venía de Indraprastha le pedía que le
               hablara de Arjuna.
                   Los días transcurrían placenteramente para Arjuna. Subhadra estaba preocupada
               por el comportamiento del yati. Podía sentir el calor de su mirada observándola con-
               tinuamente. Él la miraba con ojos tan apasionados que ella se iba corriendo incapaz de
               sostener su mirada. Poco a poco, un pensamiento comenzó a tomar forma en su mente:
               aquel yati se parecía mucho a Arjuna. La descripción que ella había oído de Arjuna
               encajaba con aquel hombre. Sus brazos y su pecho se parecían a los de Arjuna. Un día
               vio sus hombros cubiertos de cicatrices y recordó que había escuchado decir que Arjuna
               era ambidextro en el uso del arco y las flechas. Una sospecha estaba tomando forma en
               su cabeza: « Quizás sea Arjuna », pensaba. Pero el sentido común todavía prevalecía.
               ¿Cómo puede este yati ser Arjuna? Arjuna no era un sanyasin. Hasta que por fin decidió
               hablar con él.
                   Un día Subhadra le dijo:
                   —He oído decir que has viajado por todo Bharatavarsha. Háblame de los bellos
               lugares que has visitado.
                   Arjuna se dispuso a contestarle con mucho gusto. Esto llegó a ser la rutina de cada
               día. Ella pasaba horas y horas junto a él escuchando su deliciosa voz. Tal y como Krishna
               había advertido a Balarama su charla era elocuente. Un día, cuando estaban juntos,
               Subhadra desvió el tema de conversación hacia Indraprastha y dijo:
                   —En tus andanzas debes haber estado en Indraprastha. Allí vive mi tía Kunti Devi.
               Debes haber visto a nuestro primo Yudhishthira, los pandavas como sabes, son primos
               nuestros.
                   El yati le dijo que se había encontrado con ellos y que los conocía muy bien. Entonces
               Subhadra le dijo:

                   —Oí que Arjuna ha estado fuera de Indraprastha y que al igual que tú, debe estar
               errante por el mundo visitando los lugares sagrados. ¿Te has encontrado alguna vez con
               él durante tus andanzas?
                   Arjuna pensó que éste era el momento oportuno. Le sonrió y dijo:
                   —Oh sí, me he encontrado con él. De hecho, sé dónde está en este preciso momento.
                   —¿Dónde? —preguntó Subhadra, emocionada al oír que él sabía algo de Arjuna.
               Entonces Arjuna, dirigiéndose a ella en un tono muy gentil y afectuoso le dijo:
                   —Arjuna se ha enamorado de la mujer más bella de este mundo y para conseguirla
               se ha vestido con el atuendo de un yati. Ha estado aquí contigo todo el tiempo. ¿Cómo
               es que hasta ahora no me habías reconocido?
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