Page 153 - Mahabharata
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había puesto ceniza sagrada por todo el cuerpo. Colgando del cuello se puso collares de
rudraksha y enmarañó sus cabellos. Ataviado de esta forma, caminaba por las calles de
Prabhasa. Durante la noche se sentaba bajo una higuera dando la apariencia de estar en
profunda meditación. Pensamientos de Krishna afloraban continuamente en su mente.
Deseaba que viniera y le ayudara.
De repente comenzó a llover, caía agua a torrentes y Arjuna todavía permanecía
sentado bajo la higuera.
Krishna ya había oído que había llegado un sadhu a Prabhasa y por la descripción
supuso que se trataba de Arjuna. No le llevó mucho tiempo adivinar cuál era el secreto
que guardaba en su corazón su amigo bien amado. Krishna estaba pasando aquella
noche con Satyabhama, su esposa favorita. De repente comenzó a reír a carcajadas, hasta
se le salían las lágrimas. Satyabhama quería saber por qué se reía, pero el seguía riéndose
sin decir nada. Por fin, después de un rato, Krishna se calmó y enjugándose los ojos le
dijo:
—Mi primo Arjuna ha dejado hace unos meses la ciudad de Indraprastha para iniciar
un tirthayatra. El yatra está ya a punto de finalizar, solamente le quedan cuatro meses,
y ahora ha venido a Prabhasa con el corazón saturado de la imagen de mi hermana
Subhadra. Ha venido disfrazado de yati. Y lo que hace que me ría tanto es pensar en
Arjuna sentado debajo de una higuera mientras la lluvia cae torrencialmente sobre él.
Creo que debo ir y darle la bienvenida a Dwaraka.
Krishna fue a su encuentro bajo la lluvia dirigiéndose hacia el árbol bajo el cual estaba
sentado el desdichado Arjuna. El encuentro de ambos amigos fue muy cariñoso. Krishna
le preguntó sobre sus andanzas y Arjuna le contó todo. Krishna sonrió astutamente y le
dijo:
—Así que todas estas andanzas tuvieron un efecto tal sobre el gran pandava que éste
ha renunciado al mundo y se ha impuesto el Kashaya. A lo que Arjuna replicó:
—Mi Señor, tú sabes lo que ocurre conmigo. Tú conoces los más recónditos deseos de
mi corazón y sabes bien por qué me he puesto este atuendo; debes ayudarme a ganar a
la bella Subhadra.
Krishna le aseguró que nada le complacería más que ver a su querida hermana como
la esposa de su amigo más amado. Le llevó a la colina llamada Raivataka y le pidió que
pasara allí algún tiempo. Luego Krishna regresó a Dwaraka.
Transcurrieron unos pocos días y ocurrió que se iba a celebrar una fiesta en la cima
de la colina. Los Vrishnis asistieron con intenciones de pasar allí algún tiempo. Arjuna
estaba de incógnito entre ellos. Les veía pasar y los conocía a todos, pero de repente
sus ojos fueron arrebatados por la belleza de una mujer que pasaba, iba rodeada de
varias doncellas, y Arjuna la miró fijamente a los ojos. La expresión de los ojos de Arjuna