Page 255 - Mahabharata
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3. En el bosque                                                                          235


               causó asombro. La luz iba creciendo y acercándose hasta que se dieron cuenta de que
               era un carro celestial. Todos se quedaron atónitos durante algún tiempo. Arjuna saltó

               del carro y corrió hacia ellos, postrándose a los pies de Yudhisthira, Bhima y Dhaumya.
               Luego en el ashram saludó a Lomasa y a todos los demás rishis. Todos estaban demasiado
               emocionados para poder hablar. Draupadi se quedó quieta, contemplando a Arjuna
               como si le viera por primera vez, ni siquiera podía cerrar los párpados. Nadie habló y
               todos hablaron, fue un encuentro maravilloso. Volvían a ser cinco hermanos y el vacío se
               había llenado, ahora que tenían de nuevo a Arjuna con ellos. Se podía ver el brillo de
               una profunda alegría en el rostro de todos ellos.
                   Los pandavas recibieron a Matali con el debido honor y éste les dejó al poco tiempo y
               volvió a la corte de Indra. Yudhisthira cogió a Arjuna en su regazo y le acarició como
               si fuera un niño pequeño, pero no pudieron hablar mucho porque estaban todavía de-
               masiado emocionados. Arjuna entregó a Draupadi los regalos que le había mandado
               Indra, que eran alhajas maravillosas con gemas incrustadas. Después de que sus cora-
               zones se calmaron, tras la emoción, se sentaron alrededor de Arjuna. Justo entonces
               se produjo una conmoción en el exterior: Indra había venido a ver a Yudhisthira. Los
               pandavas le dieron la bienvenida con grandes honores, mientras descendía de su carro,
               e Indra respondió a su homenaje con una amplia sonrisa. Todos permanecieron a su
               alrededor esperando que hablara. Indra le dijo a Yudhisthira que pronto acabarían sus
               problemas, que no tenía porqué preocuparse de sus enemigos y que gobernaría el mundo
               gloriosamente. Luego añadió:
                   —Ahora que te he devuelto a Arjuna, es el momento para que desciendas a las plani-

               cies y vuelvas a tu refugió en el bosque de Kamyaka. Vine para agradecerte personal-
               mente que prescindieras por un tiempo de él. Arjuna me ha complacido inmensamente
               con su valor. Él te lo contará todo, me alegro de veros. Dentro de pocos años se acabarán
               vuestros malos tiempos, volved ahora a Kamyaka.
                   Después de la partida de Indra, los pandavas se dirigieron hacia el refugio y cuando
               todos estaban sentados alrededor de Arjuna, Yudhisthira le pidió que les contara sus
               muchas aventuras. Arjuna se sintió muy feliz de compartirlas con ellos de nuevo.
               Contar aventuras es emocionante, pero hablar de ellas a aquellos que te quieren y que
               se interesan por ti, es maravilloso. Arjuna les habló de la montaña Indrakila y de sus
               penitencias en las laderas de la montaña. Les contó su encuentro con el jabalí salvaje y el
               cazador misterioso. Fue una narración emocionante. Yudhisthira estaba muy orgulloso
               de su hermano. Bhima se sentó a su lado acariciando a Arjuna una y otra vez con sus ojos
               humedecidos de alegría por el cariñoso encuentro con su hermano al que tanto había
               echado de menos. La narración continuó y Arjuna les contó la visita de los otros dioses
               y los regalos que le hicieron, luego la visita de Indra, el episodio de Urvasi y luego su
               aprendizaje de baile y música con Chitrasena. Arjuna también les contó el propósito por
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