Page 256 - Mahabharata
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               el que fue conducido a los cielos. Les dijo:
                   —Estaba pasando ratos muy agradables allí, y un día mi padre, Indra, me dijo:

               « Debes hacerme un servicio. Hay unos asuras, llamados Nivatakavachas que me están
               dando grandes problemas. Viven en el fondo del océano y son invencibles en lo que a
               nosotros respecta. Quiero que vayas a luchar contra ellos y los destruyas. » Indra puso
               una corona de joyas sobre mi cabeza y me dijo: « Desde ahora en adelante serás llamado
               Kiriti, por llevar esta corona. » Los rishis de la corte me bendijeron y Matali trajo el carro.
               Entonces me fui a luchar contra los Nivatakavachas. Llegué a su ciudad después de
               pasar por muchos lugares hermosos del cielo y de la tierra. La gente de allí pensó que
               Indra había llegado de nuevo para luchar contra los Nivatakavachas y salieron de la
               ciudad al oír el estruendo con que resonaba mi caracola. Aceptaron el desafío y la guerra
               comenzó.
                   »Aquellos asuras parecían ser especialistas en la lucha y además usaban la magia
               como ayuda. Al principio su maya era demasiado poderosa para que pudiera combatirla,
               pero luego pude sobreponerme a ella. Usé el astra llamado Mohini al que no pudieron
               resistirse, venciéndolos a todos. Tuvieron que abandonar sus tácticas de ilusionismo
               y luchar abiertamente. Eran muy buenos luchadores, pero yo tenía la ayuda de los
               astras divinos y les lancé el Vajra, el arma personal de Indra, que los asuras no pudieron
               contener. El Vajra les golpeaba como el relámpago y hacía pedazos sus kavachas.
                   »Los Nivatakavachas parecían montañas caídas y Matali me elogió muchísimo por
               la forma en que peleé. Dijo que nunca antes había visto una lucha igual. Después de
               matar a los Nivatakavachas entré en su ciudad, que era muy hermosa. No hay otra
               palabra para describir la riqueza, el esplendor y la magnificencia de la ciudad. Estaba
               sorprendido de ver tanta belleza. Le pregunté a Matali cuál era la causa de que la ciudad
               fuese tan rica, porque ni Amaravati era tan hermosa. Matali me dijo que antiguamente
               había sido la ciudad de Indra, pero que los Nivatakavachas se la quitaron debido a que
               habían complacido a Brahma con sus penitencias y llegaron a hacerse invencibles. Los
               devas no podían hacerles nada debido al don que les concedió Brahma. Esa era la razón
               por la que mi padre quería que fuera y les matara, porque yo soy un mortal y no un deva.
               Luego volvimos a Amaravati, la ciudad de Indra.

                   »En el camino de regreso, vimos una ciudad flotante. Era una vista maravillosa.
               Viendo mi asombro, Matali me dijo: “Arjuna, esta ciudad se llama Hiranyapuri. Ahora la
               posee una mujer llamada Puloma, que tiene varios hijos llamados Kalakeyas con los que
               vive en esta ciudad. Brahma les concedió también un don y estos asuras se han vuelto
               inmunes a los dioses. Tienes que luchar contra ellos y destruirlos como hiciste con los
               otros.”
                   »Nos dirigimos hacia la ciudad y desafié a los Kalakeyas para que lucharan conmigo.
               No estaban acostumbrados a que les desafiaran y por ello se sentían muy seguros, pero al
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