Page 261 - Mahabharata
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3. En el bosque 241
Yudhisthira se sentía muy feliz al ver que Bhima estaba libre y estaba contento de
haber encontrado a aquel rey sabio. Mientras estaban hablando, Yudhisthira casi se
había olvidado de que la vida de Bhima estaba en juego. Las muchas preguntas del rey
eran tan interesantes y fascinantes que Yudhisthira estaba disfrutando mucho. Ahora
era Yudhisthira quien quería hacerle muchas preguntas al sabio Nahusha, a las que él
respondió con agrado. El tiempo pasó rápidamente para ambos. Entonces apareció un
carro en el cielo que se posó en tierra junto al lugar donde ellos se encontraban. El rey
Nahusha rompió su piel de serpiente y tomó la forma majestuosa que tenía antes de la
maldición. Subió al carro tras despedirse de los hermanos y, en pocos momentos, el carro
se perdió de vista. Los dos hermanos, abrazándose, volvieron al ashram con sus mentes
aún sobresaltadas por aquella extraña experiencia.
Los pandavas habían pasado casi un año en el ashram de Vrishaparva en las faldas de
la montaña de Prasravana y reanudaron su viaje hacia los valles. Viajaban rápidamente
y pronto llegaron al río Saraswati. Cruzaron el río y llegaron a Dwaitavana, su antigua
morada. Fue allí donde Vyasa les visitó para pedirle a Yudhisthira que mandara a Arjuna
al norte para realizar austeridades y agradar al Señor Sankara. Todo aquello parecía
ahora muy lejano. Había pasado mucho tiempo, ya habían transcurrido once años del
exilio. Sólo tenían que pasar un año más en el bosque y un año más disfrazados. Eran
casi felices y parecían no pensar en nada más que en una cosa: la guerra que iba a
ocurrir muy pronto entre los pandavas y los kurus. El rostro de Bhima se iba alegrando
gradualmente, la nube se había disipado y tenía mejor aspecto. Así pasaba el tiempo
para los pandavas.
Capítulo XVII
KRISHNA, NARADA, MARKANDEYA Y LOS PANDAVAS
LEGÓ la estación de lluvias con un monzón muy fuerte, y estaban muy felices y
L emocionados de ver venir la época de las lluvias. El río Saraswati fluía con gran
caudal, era un panorama muy agradable. Cuando acabó la estación, los pandavas dejaron
Dwaitavana y se dirigieron al bosque de Kamyaka.
Krishna oyó que los pandavas habían llegado al Kamyaka. Hacía mucho tiempo
que no les veía y quería ver a su querido amigo Arjuna que había vuelto de Amaravati,
la ciudad de Indra. Krishna se fue con su querida esposa Satyabhama al bosque de
Kamyaka para encontrarse con los pandavas. Los pandavas estaban muy contentos de
volver a ver a Krishna y le rodearon mostrándole su afecto de mil maneras. Para ellos
siempre que venía Krishna a visitarles era un acontecimiento maravilloso, tanto si era en
Indraprastha como en Kamyaka. Él era para ellos como todas sus vidas juntas, y para
Él, ellos eran su propia vida. Krishna abrazó a Arjuna una y otra vez y Satyabhama fue