Page 266 - Mahabharata
P. 266
246 Mahabharata
Pero, mi querido Bhima, ahora piden nuestra ayuda. Las mujeres y otra gente inocente
están siendo maltratados, y la reputación de nuestra familia está en juego. ¡Prepárate
para luchar y llévate contigo a Arjuna, Nakula y Shadeva, ve inmediatamente!
Bhima estaba furioso y sus ojos se pusieron rojos de ira. Le dijo a Yudhisthira:
—¿Qué es lo que estás tratando de hacer, hermano?. Si tú puedes olvidar tan fácil-
mente lo que nos han hecho, yo no puedo. Están sufriendo por sus pecados. Esto es
algo que nosotros deberíamos haber hecho hace mucho tiempo. Ahora alguien lo está
haciendo por nosotros. Considero a este gandharva como nuestro benefactor, ahora es
nuestro amigo. Por favor, no nos pidas que vayamos y rescatemos a esos odiosos primos
de un destino que tan justamente merecen.
Desde lejos llegaban las voces de Duryodhana y de los otros pidiendo ayuda. El
gentil y noble Yudhisthira no pudo contenerse y mirando con enfado a su hermano, le
dijo:
—¿No te avergüenzas de ti mismo? Estás permitiendo que otro haga lo que tú has
jurado hacer. Tienes que apresurarte y liberar a Duryodhana, ellos han venido a pedirnos
ayuda. No nos corresponde a nosotros juzgar lo que nos han hecho y decidir si merecen
este destino o no, no somos ni tú ni yo quien debe decidirlo. ¿No sabes que el principal
deber de un kshatrya es proteger al oprimido? ¿No es ése el significado de la palabra?
No debes vengarte de Duryodhana a través de los servicios de un tercer hombre, primero
rescátale, Bhima. Luego, cuando llegue el momento, tú mismo harás lo que has estado
deseando hacer. Si no vas inmediatamente con Arjuna, Nakula y Shadeva, iré yo. No
permitiré que les ocurra esto a nuestros primos y a sus inocentes esposas. Ellos son
malvados, no hay duda, pero eso no cuenta ahora. Debemos cumplir con nuestro deber.
¿Estás listo para ir? ¿o tengo que prepararme yo?
Oyendo esta apasionada reprimenda de su hermano, Bhima asintió, pues comprendía
lo que su hermano quería decir. Bhima, avergonzado de sus palabras, dijo:
—Alguien está haciendo lo que nosotros deberíamos haber hecho, hermano. Te
prometo ir inmediatamente y liberar a Duryodhana. Arjuna se le unió y dijo:
—Me encargaré de que el gandharva libere a Duryodhana; si no lo hace, la tierra se
beberá la sangre de todos los gandharvas.
Los cuatro se dirigieron hacia la dirección en que se habían llevado a los kurus y
vieron a soldados que les llevaban prisioneros. Los pandavas les dieron alcance y les
pidieron amablemente que soltaran a los prisioneros, pero éstos no escucharon sus
razones y les dijeron que su jefe les había ordenado que se llevaran a los prisioneros, y
que tenían que obedecerle. Arjuna les dijo:
—Si no os atenéis a razones, tendré que dejar de ser amable con vosotros; no tengo
otra opción, tendré que luchar contra vosotros.