Page 271 - Mahabharata
P. 271

3. En el bosque                                                                          251



                                                        Capítulo XX
                                         EL RAJASUYA DE DURYODHANA


                    ADHEYA, a la mañana siguiente se dirigió de nuevo a Duryodhana, le pidió que
               R abandonara la idea de cometer suicidio y le dijo:
                   —No creas que por este gesto los pandavas te han perdonado todos los sufrimientos
               que han tenido que soportar por tu culpa. ¡No!, se acuerdan de todo. Pero no debes
               preocuparte por el futuro, yo mataré a Arjuna y tú matarás a Bhima. En cuanto a los
               otros tres, cualquiera puede matarlos. Ven, mi señor, levántate, ha amanecido un nuevo
               día y tengo una nueva esperanza en mi corazón, la esperanza de que no rechazarás mi
               súplica.
                   Las palabras de Radheya y la experiencia del sueño nocturno, dieron nueva vida a
               Duryodhana, levantándose con una sonrisa. Cogió las manos de Radheya entre las suyas
               y le dijo:

                   —Tienes razón, Radheya, me has hecho ver que iba a cometer una tontería suicidán-
               dome; no lo haré. Viviré para luchar contra los pandavas que son mis enemigos, no
               mis hermanos. Les mataré y gobernaré este mundo, o moriré y alcanzaré el cielo; estoy
               decidido a hacerlo.
                   Luego volvieron todos a Hastinapura con alegría en sus corazones.
                   El ejército de los kurus volvió a la ciudad; las noticias precedieron su llegada y todo el
               mundo sabía lo que había ocurrido en el bosque. En la reunión de la asamblea, Bhishma
               trató de hablar sobre ello con el terco Duryodhana, diciéndole:

                   —Mira lo que ocurrió en el bosque, no pudiste luchar con el gandharva, ni tampoco
               tu querido Radheya en el que descansan tus esperanzas. Los pandavas son buenos y
               nobles y, además, son mucho mejores guerreros que tú y tus amigos, ¿por qué no hablas
               con ellos y establecéis la paz? Eso sería el final más apropiado para este vergonzoso
               episodio.
                   Duryodhana comenzó a reírse a carcajadas y salió de la asamblea. Bhishma se
               disgustó con todo el grupo y se fue a su palacio. Después Duryodhana le dijo a Radheya:
                   —Desde que vi el Rajasuya de Yudhisthira también yo he querido realizar otro; con
               tu ayuda, estoy seguro que podré hacerlo. Radheya le contestó:

                   —Por supuesto, vete haciendo los preparativos y, mientras tanto, yo iré a conquistar
               a los reyes que se atrevan a desafiarte. Duryodhana mandó llamar a los sacerdotes y les
               dijo:
                   —Quiero realizar el Rajasuya, por favor, haced los preparativos. Estos le dijeron:
                   —No es propio que lo hagas mientras estén vivos Yudhisthira y tu padre, pero si
               insistes, entonces se hará. Debes fijar el lugar, debes ararlo con tus propias manos y hacer
   266   267   268   269   270   271   272   273   274   275   276