Page 262 - Mahabharata
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               recibida con mucha alegría por Draupadi. Ahora todos estaban contentos, con Krishna a
               su lado, ya no necesitaban nada más.

                   Krishna les habló de que todos estaban contentos por las hazañas de Arjuna y le dijo
               a Draupadi:
                   —Subhadra y su hijo Abhimanyu están muy bien. Abhimanyu es ahora un maestro
               del arco, es incluso más poderoso que su padre. Vuestros hijos están conmigo en Dwaraka.
               Dhrishtadyumna me los trajo para que les educara, los seis son grandes y fuertes y son
               el perfecto reflejo de sus padres. —Luego le dijo a Yudhisthira—: Yudhisthira, ya han
               pasado once años, ¿por qué deberías esperar otros dos? Nuestro ejército está listo.
               Dhrishtadyumna con su padre y sus hermanos están también preparados con su ejército.
               Los hermanos Kekaya están impacientes por conseguir tu permiso. Marchemos todos a
               Hastinapura y luchemos contra los hijos de Dhritarashtra. Les tomaremos por sorpresa
               si les atacamos ahora, ¿qué dices al respecto?

                   Yudhisthira le miró y sonriendo le contestó:
                   —Krishna, tú ya conoces mis sentimientos, no quiero apartarme del camino del
               Dharma. Aún tengo que pasar dos años más en el exilio. Sé que será duro, particular-
               mente para mi Bhima, pero nada puede hacerse, tengo que cumplir con mi deber. No
               puedo aceptar tu sugerencia, debes perdonarme.
                   Krishna sonrió a Bhima y le dijo:

                   —Bhima, esperemos otros dos años, luego ya podremos descargar nuestra furia.
                   La conversación se desvió luego hacia otros temas y Krishna escuchó atentamente los
               relatos de sus muchas experiencias.
                   Entonces apareció el sabio Markandeya. Él era el favorito de todos porque era un
               buen narrador de historias. Se sentaron alrededor de él y Krishna le dijo:

                   —Cuéntanos alguna historia, o mejor cuéntanos muchas. Hace mucho tiempo que no
               oigo historias. Mi madre acostumbraba a contarme muchas cuando me iba a dormir y
               yo las escuchaba una tras otra, pero no me dormía. Soy muy aficionado a las historias
               del pasado, de cómo se creó el mundo y de cómo comenzó la vida, también me gustan
               mucho las historias de los grandes hombres y mujeres. Tú lo sabes todo de todo, mí
               señor, por favor cuéntanos, nos gusta oírte.
                   Justo en ese momento, también llegó Narada, todos se sentaron y escucharon a
               Markandeya, el cual les contó muchas cosas, historias que ilustraban la grandeza del
               conocimiento, del poder de las austeridades, de la encarnación de Vishnu como un
               pez en la época del gran diluvio; del Señor que tenía la forma de un niño pequeño
               durmiendo en la hoja del árbol Aswattha, de las características de los diferentes yugas,
               Krita, Treta, Dwapara y Kali. Les contó la historia de Dundhumara, de Kuvalaswa y del
               sabio Angirasa. Les habló del dios del fuego y de su amor con Swaha; de la guerra en
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