Page 323 - Mahabharata
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favor, haced todos los preparativos para atacar Matsya. Esta es nuestra sugerencia. Si
hay alguna proposición mejor que ésta, nuestros oídos están ansiosos de escucharla.
Susarma, el rey de los trigartas, que había estado haciendo comentarios con Radheya
y Dussasana, tomó la palabra y dijo:
—Mi señor, siempre he sentido animadversión hacia este reino de Matsya, pero con
la ayuda de Kichaka, el rey de los matsyas me ha derrotado una y otra vez. Ahora que
Kichaka ha muerto me será fácil invadir el reino y capturar todos los ganados del rey. Su
reino es ciertamente rico. Ahora el rey de Virata está completamente indefenso, ya que
Kichaka, el jefe de su ejército, ha muerto. Quiero unirme a ti en tu expedición contra el
reino de los matsyas. Te seré de una ayuda inmensa en este ataque contra Virata.
Radheya dijo:
—Susarma tiene razón. Si se me permite hacer una sugerencia, dividamos en dos nue-
stro ejército combinado e invadamos el país de nuestros enemigos desde dos direcciones
diferentes. Así podremos estar seguros de nuestra victoria.
Duryodhana escuchó a ambos y dijo:
—Dussasana, reúne nuestro ejército; queda muy poco tiempo. Deja que nuestro
honorable abuelo, Kripa, Drona y Aswatthama dirijan nuestro ejército. Yo mismo y
Radheya, junto con Sakuni, estaremos allí sin falta y también tú con tus hermanos.
Dejad que Susarma vaya allí mañana con su ejército y les ataque llevándose todos sus
rebaños. Él atacará el lado sur de Virata. El rey, por supuesto, defenderá sus rebaños
y los pandavas vendrán en su ayuda. Nosotros, los kurus, llegaremos a las afueras de
la ciudad y al día siguiente del ataque de los trigartas, iremos y nos apoderaremos de
los rebaños de la parte norte de la ciudad. Así podremos tener éxito en todas nuestras
empresas: la conquista del reino de los matsyas, la obtención de todos sus ganados y el
desenmascaramiento de los pandavas. Así pues, queda decidido que Susarma ataque
Virata el octavo día después de la Luna nueva y nosotros lo haremos el noveno día.
Disolvamos ahora la asamblea.
La sala de consejo quedó vacía y con una celeridad febril comenzaron los preparativos
para la invasión de Virata. Susarma se dirigió a su ciudad a reunir a su ejército. El corazón
de todos estaba lleno de emoción.
Capítulo XIII
LOS TRIGARTAS ATACAN VIRATA
AS vacas de Virata estaban siendo robadas, y los pastores no podían hacer nada
L para protegerlas, pues el asalto había sido repentino. Se estaban llevando las vacas
delante de sus propios ojos sin que pudieran hacer nada. Estaban indefensos contra la