Page 49 - Mahabharata
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Historia De Sakuntala 29
rodeada por todos los mares y coronada por el rey de las montañas. »
Después de decir esto, Sakuntala se dio media vuelta para alejarse de aquel lugar.
Capítulo IV
LA VOZ DE LOS CIELOS
NTES de que Sakuntala hubiese dejado la presencia del rey, una voz de los cielos,
A que no surgía de ningún lugar visible, se oyó claramente en aquél recinto lleno de
sacerdotes, consejeros, y ministros.
La voz le habló a Dushmanta y le dijo: « La madre es la funda carnal del padre; el hijo
engendrado por el padre es el padre mismo. Por tanto, Dushmanta, acepta a tu hijo y no
insultes a Sakuntala. El hijo que tiene simiente rescata de las regiones de Yama. Tú has
engendrado a este niño. Sakuntala ha dicho la verdad. La esposa trae al mundo su hijo
dividiendo su cuerpo en dos; por tanto, Dushmanta, acepta al hijo de Sakuntala. No seas
ruin y no rechaces el hijo engendrado por ti. Acéptale y que por ese hecho su nombre
sea Bharata (el aceptado) ».
Al oír esas palabras de los cielos, Dushmanta se llenó de alegría y les habló así a sus
consejeros y ministros: « ¡Oíd esas palabras celestiales!. Yo sabia muy bien que este era
mi hijo. Pero si le hubiera aceptado como hijo mío basado solamente en la palabra de
Sakuntala, la sospecha de una impostura hubiera arraigado en el pueblo y mi hijo nunca
habría podido disiparla ».
Entonces el rey, quedando así libre de toda sospecha, feliz y lleno de alegría, aceptó
a su hijo, le besó en la cabeza y le abrazó cariñosamente. Se podía sentir la alegría que
experimentaba el rey al contacto con su hijo. Fiel a sus obligaciones, honró debidamente
a su esposa y acercándose a ella le dijo: « La alianza que hice contigo no era conocida
por mi pueblo. Esa es la razón por la que yo discutí contigo, para poder eliminar toda
duda, reina mía. La gente hubiera pensado que yo había adquirido una deuda contigo
por una simple aventura y que en pago había elegido a este hijo tuyo como heredero
del reino. Por eso discutí contigo. Y si, en tu ira, has proferido palabras muy duras
contra mí, querida esposa, sé que fueron fruto de tu amor y ya te las he perdonado ».
Después de decirle esto, el rey le hizo a su querida esposa ofrendas de perfume, comida
y bebida. Más tarde, puso a su hijo el nombre de Bharata y le nombró formalmente como
su sucesor en el trono.
Las gloriosas ruedas del carro de Bharata rodaron grandiosas por los mundos, radi-
antes, divinas, invencibles. El hijo de Dushmanta sometió a todos los reyes de la Tierra y
gobernó virtuosamente adquiriendo gran fama. Celebró muchas ceremonias religiosas
que fueron oficiadas por el propio Kanwa y en las que hubo abundantes ofrendas a los
brahmines.