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—Que así sea —dijo Kunti e invocó a Vayu. Y así, con el tiempo, de ella nació un hijo
fuerte. Entonces una voz de los cielos proclamó: « Este hijo será el niño más cariñoso y
poderoso. » A este niño se le llamó Bhimasena.
Pero Pandu aún no se sentía satisfecho. Así que le pidió a Kunti que le diese otro hijo:
—Invoca a Indra —dijo Pandu—, un hijo nacido del señor de los cielos, será en
verdad la realización de todos mis sueños. Será muy justo y un gran hombre, un héroe
invencible. Serás la madre del mayor de los héroes.
Y de nuevo Kunti dijo: —Que así sea. —E invocó a Indra del cual obtuvo el tercer hijo.
Y entonces la voz de los cielos dijo: « Este niño ganará para Pandu fama imperecedera,
será el conquistador del mundo entero, no habrá nadie como él. » Indra se le acercó a
Pandu y le dijo:
« Mi hijo es la otra mitad de Vishnu; es Nara. Y Krishna, el hijo de Vasudeva y Devaki,
es Narayana. Por medio de estos dos hombres la tierra se librará de todos los venenos
que están haciéndole daño. » Y a continuación Indra se fue. Este hijo recibió el nombre
de Arjuna.
Pandu era ya el padre de tres hijos. Pero le pidió a Kunti que le diera otro hijo. A lo
cual ella se negó diciéndole:
—En estos casos de situación extrema sólo es permitido tener tres hijos, si tengo más
se destruirá el Dharma, así pues, no lo intentaré más. Pandu respondió:
—Tienes razón, pero Madri no ha tenido aún ningún hijo, tú puedes enseñarle el
mantra mágico y ayudarla a tener hijos.
Kunti aceptó con agrado la idea y le enseñó el mantra a Madri. Madri invocó a los
Aswini Kumaras: Los mellizos celestiales. Y por consiguiente dio a luz dos hijos. Los
hijos de Madri eran aún más bellos que los otros tres, y la voz de los cielos habló una
vez más y dijo: « Estos dos serán los hombres más bellos del mundo, serán famosos por
sus buenas cualidades, su devoción, su bravura y su sabiduría. Y los hijos de Madri
recibieron los nombres de Nakula y Shadeva.
Los rishis del valle de Satasringa fueron los sacerdotes que oficiaron la ceremonia de
imposición de los nombres y también fueron los responsables de su educación en los
primeros años de los jóvenes príncipes. Eran casi los hijos de los rishis del valle. Años
antes cuando la maldición recayó sobre Pandu, y éste se retiró al bosque, los Vrishnis, los
primos y hermanos de Kunti, se pusieron muy tristes. Mas ahora, cuando les llegó la
noticia de que Pandu era padre de cinco hijos, se sintieron profundamente complacidos.
Vasudeva, el hermano de Kunti les envió costosos regalos y vestidos por medio de
Kasyapa, el sacerdote de la familia y se le pidió que realizara los ritos debidos, para los
jóvenes kshatryas. Así pues, se quedó con ellos y recitó sus upanayanas.