Page 85 - Mahabharata
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1. El comienzo 65
—Os mostraré —dijo el extraño, y sacándose el anillo del dedo lo tiró dentro del pozo,
poniendo a continuación una flecha en su arco. Los muchachos le miraban con ojos de
asombro. El hombre la disparó rápidamente atravesando el anillo y clavándola luego
en la pelota. A continuación siguió disparando flechas que sucesivamente se fueron
clavando unas en otras hasta formar una hilera, luego, tirando de ésta, les devolvió
la pelota a los muchachos y se puso el anillo en el dedo otra vez. Los muchachos se
quedaron atónitos, pues jamás habían visto cosa igual y llenos de admiración por aquel
extraño le dijeron:
—Por favor dinos quién eres. El extraño les sonrió y les dijo:
—Id y decidle a Bhishma, vuestro abuelo tutor lo que ha pasado aquí. Él sabrá quién
soy.
Los muchachos fueron corriendo al palacio de Bhishma y le contaron lo que había
hecho aquel hombre maravilloso. Bhishma enseguida supo quien era. No podía ser otro
más que Drona, el esposo de Kripi. El gran Bhargava había sido su maestro en el uso del
arco. Era el hijo de Bharadwaja, el gran sabio.
Bhishma sintió que por fin había llegado el tutor apropiado para aquellos muchachos.
Fue a toda prisa a encontrarse con Drona y con el debido honor le dio la bienvenida a
Hastinapura.
Capítulo XIX
EL DESEO DE VENGANZA DE DRONA
N tiempos de su infancia Drona fue compañero e íntimo amigo de Drupada, el
E príncipe del reino Panchala. Vivían juntos como estudiantes en una ermita. Y en un
momento de afecto Drupada le dijo a Drona:
—Eres en verdad mi amigo íntimo. No quiero que nuestra amistad acabe aquí en
esta ermita. Soy el heredero del trono de los Panchalas y cuando yo sea rey te tendré
conmigo y podremos ser amigos durante toda la vida.
Los años pasaron y Drona se casó con Kripi de la cual tuvo un hijo a quien llamó
Aswatthama. La ambición de Drona era convertirse en el mejor de los arqueros de su
época. Así que recurrió al gran Bhargava el cual en veintiuna ocasiones había dado la
vuelta al mundo destruyendo a los kshatryas. Éste recibió a Drona con afecto y le dijo:
—¿Qué puedo hacer por ti?.
Drona se presentó y le dijo:
—Deseo riquezas.
—Yo no tengo riquezas —dijo Bhargava—, la única pertenencia que me queda es mi
cuerpo, soy muy pobre. Drona sonrió y le dijo: