Page 84 - Mahabharata
P. 84
64 Mahabharata
Bhima se bebió ocho cuencos de aquel elixir divino y se echó a dormir.
Bhima durmió durante ocho días y al octavo se despertó. Le alimentaron con la
comida divina del rey de los Nagas y le condujeron a la superficie del río.
Bhima salió a la superficie y se encontró en el lugar en que habían acampado. E
inmediatamente emprendió camino de regreso para reunirse con su madre y sus her-
manos. Todos le recibieron con gran alegría. Bhima abrazó a todos y consoló a su madre
que sollozaba sin poderse contener. A continuación Bhima les relató la historia y les
aconsejó que tuvieran cuidado con Duryodhana. Los pandavas estaban sorprendidos
no pudiendo entender cómo podía haber tanto odio en el corazón de un joven. En su
bondad natural no podían imaginarse cómo el odio podía llevar a un hombre hasta tal
extremo.
Cuando Duryodhana vio a Bhima sano y salvo se quedó estupefacto, pues estaba
seguro de que su complot había tenido éxito. Sakuni estaba igualmente sorprendido de
que Bhima se hubiera salvado milagrosamente. Con esto el odio de Duryodhana creció
aún más, pero ahora tenía que andar con cuidado pues los pandavas ya estaban alerta.
Capítulo XVIII
DRONA LLEGA A HASTINAPURA
HISHMA había asignado a Kripa la labor de educar a los príncipes en el uso de las
B diferentes armas. Había sido criado en la corte del rey Santanu, el cual le había
encontrado en el bosque junto con su hermana melliza un día que había salido de
caza. Compadeciéndose de ellos, los trajo al palacio y les puso los nombres de Kripa,
a él, y Kripi a su hermana. Eran hijos del gran Gautama. Kripa había aprendido a
usar las armas y Bhishma pensó que él era la persona adecuada para hacer de tutor
de los jóvenes príncipes. Por lo cual, los hijos de Dhritarashtra, los hijos de Pandu,
y los jóvenes príncipes de la casa de los Vrishnis, Bhoja y Andhaka que vinieron a
Hastinapura aprendieron de Kripa el uso del arco y otras armas de guerra. Cuando ya
habían aprendido suficiente, Bhishma pensó que deberían recibir un entrenamiento más
especializado de un maestro más capacitado.
Un día los muchachos estaban jugando a la pelota. Y ocurrió que jugando se les
escapó la pelota y fue a parar al fondo de un pozo cercano. Los muchachos se quedaron
algo frustrados ante tal contratiempo, pues ya no podían seguir jugando. Pero un hombre
que les observaba desde cierta distancia, viéndoles confusos, se les acercó y les dijo:
—Evidentemente no conocéis el uso del arco y la flecha pues si supieseis usarlos no
habría razón para estar tan desalentados. Los jóvenes, un poco ofendidos, le contestaron:
—Sí que sabemos. Además, ¿qué tiene que ver eso con nuestra pelota?