Page 169 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
P. 169

158
          La mayoría,  si no todos Jos trazos de este cuadro, pueden encon-
        trarse sin grande esfuerzo en la literatura ascética y en la vida mona-
       cal del oriente cristiano. La biografía copta de San Facomio y las re-
       glas de todos los padres del eremo, estudiadas por Besse, coinciden
       en exigir también una obediencia perfecta al superior. El novicio, sin
        voluntad propia, debe obrar como  si fuera ciego, mudo y muerto al
       mundo: su obediencia, fidelísima y pronta, no se detendrá a examinar
       jamás los móviles o razones del preceptor,  ni la naturaleza del pre-
        cepto,  ni  el modo de formularlo; aunque su juicio personal  le dicte
       algo mejor que aquello que se le manda, deberá cumplirlo sin reservas
        mentales, de manera pasiva, como un instrumento ciego y maquinal.
        Hasta los inmorales e indiscretos preceptos que a guisa de prueba o
        experiencia imponían los maestros de espíritu a los novicios musul-
        manes, tienen su precedente y modelo en  el monacato cristiano:  los
       Apophcmata Patrum traen casos típicos de exageración que traspasa-
        ban los limites de la más elemental prudencia, llegando a exigir de
        los novicios actos vedados por la ley natural, como el hurto. San Nilo,
       que reprueba justamente tamaños excesos en  el superior,  insiste, sin
       embargo, como Abenarabi, en  la eficacia de la obediencia ciega para
        matar el amor propio, y en su De monástica exercitationc llega hasta
        a emplear el mismo o análogo símil que Abenarabi y San Ignacio de
                        —
        Loyola usarán más tarde  "perinde ac cadáver"— para ejemplificar
        plásticamente la actitud pasiva del novicio obediente (1).
        bios. Parece, por  lo tanto, que  la recomendación dicha habrá de entenderse
        para el caso de que el novicio abandonase la vida monástica y volviera al siglo.
       Cabe asimismo entender que esta prescripción atañe a la vida religiosa de los
       seglares terciarios, que podían casarse. Ya dijimos que el Tadbirat refleja (por
       su fecha)  la doctrina de Abenarabi anterior a su salida de España.
          (1)  Cfr. Besse, cap. IX y Asín, Bosquejo de un diccionario técnico de filo-
       sofía y teología musulmanas ("Revista de Aragón", 1903), págs. 38-39. Mas-
        signon prefiere (apud Essai, op.  cit., 42)  explicar esta analogía tan estrecha
       como simple efecto de coincidencia casual.
   164   165   166   167   168   169   170   171   172   173   174