Page 235 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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224 Parte 11. — Doctrina espiritual de Abenarabi
si el alma contempla de veras a Dios, será sin contemplar a las cria-
turas (1).
Todo este complicado andamiaje de formas, grados y maneras que
puede presentar la intuición mística, es algo que por su peregrino y
extravagante ocultismo y por el insaciable afán, que revela, de análi-
sis sutil de estados preternaturales, refractarios por eso a tan geomé-
tricas clasificaciones, trasciende a gnosticismo desenfrenado y se des-
pega de la austera sencillez del misticismo cristiano. Sus raíces ilumi-
nistas afincan, sin embargo, a la vez que en el símbolo plotiniano de
Dios-luz, en las sublimes revelaciones del iv° evangelio. Ni faltan tam-
poco precedentes de su aplicación concreta a la intuición divina, dentro
de la mística cristiana. Sin hablar del rayo dionisiano, es decir, de la
teoría iluminista del Areopagita, baste, como ejemplo, recordar la des-
cripción que Hesiquio hace de la iluminación progresiva del alma por
la oración, en su De tetnperantia et virtute: primero, la luz divina es
recibida por el alma, a la manera del tenue resplandor de una lámpa-
ra que la sirve de guía; luego, se intensifica su brillo poco a poco, has-
ta parecerse al de la luna llena, que envuelve al alma; en un tercer
grado, Dios, como un sol radiante, la inunda con el esplendor de sus
infinitas perfecciones; viene, por fin, la etapa cumbre del proceso ilu-
minativo, con la contemplación extática, que de repente sume al alma
en un delicioso estado de espiritual alegría y priva al cuerpo de sus
movimientos (2).
Como en su teoría carismática lo pusimos ya de relieve (3), tam-
bién en esta su doctrina de la intuición, Abenarabi mantiene—al me-
nos en el terreno de los principios—su austera actitud de renuncia a
todo lo que no es Dios: sin dejarse ofuscar por la densa y abigarrada
atmósfera de luces, rayos, reflejos y colores que progresivamente en-
vuelven al alma, ésta ha de poner siempre el hito de sus aspiraciones
últimas en la visión directa y experimental de la divina luz esencial,
exenta de toda forma y modalidad creada. Un concepto agnóstico de
Fotuhat, II, 652.
( 1 )
(2) Pourrat, I, 205. Cfr. Patrol. Graec. (edic. Migne), XCIII, 1532.
(3) Cfr. supra, IX.