Page 50 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Maestros de espíritu 43
gamos a su cumbre. Una vez que la dominamos y atalayamos desde la cima
lo que a la espalda quedó, ya no volvemos atrás, porque tal retorno es impo-
sible."
"Me contó (1) Yúsuf b. Jálaf el Cumí (uno de los más grandes maestros
que encontré en este camino del sufismo el año 586..." (2).
Dos maestros, especializados en la práctica del examen particular
y cotidiano de la conciencia, iniciáronle en este ejercicio cristiano de
perfección espiritual: Abuabdala b. Almocháhid y Abuabdala b. Cai-
sum, sevillanos ambos. Abenarabi añadió por propia iniciativa el exa-
men de los pensamientos al de las obras y palabras, a que se reducía
el método de sus maestros (3).
"Entienden algunos maestros de espíritu que las obras de devoción no de-
ben buscarse por sí mismas, sino tan sólo por la intención con que se hacen.
La intención en las obras es como el sentido en las palabras: la palabra, en
efecto, no tiene valor en sí misma, sino por la idea que encierra. Mira, pues,
¡oh, hermano mío!, cuán delicada y sutil es la penetración de esta categoría
de místicos. Este ejercicio espiritual es lo que entre los sufíes se denomina
examen de conciencia, al cual se refería el Profeta cuando dijo: "Pedid cuenta
vosotros a vuestras propias almas, antes de que se os la pida." De estos maes-
tros yo encontré a dos, que fueron Abuabdala b. Almocháhid y Abuabdala b.
Caisum, en Sevilla (4), cuyo método de vida espiritual se caracterizaba por
dicho ejercicio. Eran ambos los cótobs o ejes de cuantos místicos viven vida
de intención. Yo entré también en el camino que conduce a esta morada, imi-
tando a ambos maestros y a sus discípulos y tomando como ellos por norma
el precepto del Profeta, que tan digno es de ser imitado, cuando decía: "Pedid
cuenta a vuestras almas, antes de que se os pida." Nuestros dos maestros di-
chos tomaban cuenta a sus propias almas de cuanto durante el día pudieran
hablar y obrar, y eso lo consignaban por escrito en un cuaderno; y al llegar
la noche, después de hacer la oración, encerrados y a solas ya en su cuarto,
examinaban sus conciencias sacando otra vez el cuaderno: miraban cuanto en
(1) Fotuhat, II, 902.
(2) El relato es una fabulosa anécdota en la cual una serpiente habla de
parte de Dios a un sufí para darle noticias del famoso maestro Abumedín de
Bugía (que también lo fué de Abenarabi) y de las persecuciones de que fué
víctima. Cfr. Risalat al-cods, § 2.
(3) Fotuhat, I, 275.
(4) Cfr. Tccmila, b. 779 y 899. El primero murió el 574 (1178 de J. C);
el segundo, en 606 (1209 de J. C). Cfr. Risalat al-cods, § 7.