Page 55 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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48             Parte I.—Vida de Abcnarabi
         [Son varios los pasajes del Fotuhat en que Abenarabi habla con encomio
       de este su primer director espiritual (1). En casi todos ellos pondera sus dotes
       o insinúa de paso algunos de los temas característicos de su doctrina ascético-
        mística,  v.  gr., limosna, pecado original, abnegación, intercesión,  etc. Los da-
        tos biográficos más interesantes para identificar su personalidad son  los de
       Fotuhat,  III, 696 y 705]: "Estaba yo sentado cierto día en Sevilla ante nuestro
       maestro de espíritu Abulabás  el Oryani (que era de Olya, en  el occidente de
        Alandalus), y entró a verle un hombre, con  el cual comenzó a tratar acerca
        del beneficio y  la limosna." "Hacía mucho hincapié en  esta doctrina  [de  la
        abnegación]  nuestro maestro Abulabás  el Oryaní que era de Olya en  el Al-
       garbe de Alandalus (2). Fué éste  el primer director espiritual a quien serví y
        de cuyas luces me aproveché."
          [El pasaje más característico para conocer  la diferencia esencial entre  el
        método  espiritual de Abulabás y  el de Musa  b. Imrán de Mértola, es  el  si-
       guiente  (3)]:
         "Entré a casa de mi maestro Abulabás  el Oryaní en ocasión en que mi
        alma se sentía hondamente turbada ante «1 espectáculo de las gentes, a quie-
        nes veía rebeldes y empeñadas en contradecir la ley de Dios. Mi maestro me
        dijo: "Querido mío, ¡preocúpate de Dios!" Salí de su casa y entré a la de mi
       otro maestro, Abuimrán de Mértola, el cual, al conocer mi estado de ánimo, me
        dijo: "¡Preocúpate de  ti mismo!" Entonces exclamé: "¡Oh, señor mío! Perplejo
        me quedo entre vosotros dos: Abulabás me  dice: "¡Preocúpate de Dios!", y
        tú me dices: "Preocúpate de  ti mismo", siendo así que ambos sois dos maes-
        tros que me dirigís por  el camino de la verdad." Echóse a llorar Abuimrán, y
        me dijo: "¡Ah, querido mío! Lo que te indica Abulabás es la verdad y a  ello
        hay que volver. Lo que sucede es que cada uno de nosotros  te indica  lo que
        su propio estado místico  le exige. Yo espero,  sin embargo, que Dios querrá
        hacerme alcanzar el grado de perfección a que Abulabás ha aludido. Escucha,
       pues, su consejo, que es  el más conveniente para mí y para  ti."  ¡Ah, y qué
        hermosa es  [dice Abenarabi]  la ecuanimidad de los sufíes! Volví entonces a
        casa de Abulabás y  le referí  lo que me había dicho Abuimrán. Díjome Abula-
        bás: "Ha dicho bien Abuimrán, porque él te indicó cuál es el camino de la per-
        fección, mientras que yo te indiqué cuál es  el compañero de viaje. Obra, pues,
        tú conforme a lo que él te dijo y conforme a lo que yo te dije; es decir, junta
        en una ambas preocupaciones: la del camino y la del compañero; porque todo
          (1)  Fotuhat,  I, 241, 318, 722;  II, 114, 234, 266;  III, 442, 696, 705. Cfr. Risa-
        lat al-cods, §  1.
                               c
         (2)  Parala identificación de Olya  ( Li*5\)  con Loulé, cerca de Silves en
        el Algarbe de Portugal,  cfr. Abensaid, ms.  ar. 80 de la Ac. de  la  Hist., fo-
        lio 199, v., 213 v.; Marrekoshi (edic. Dozy), 272. Esta identificación fué ya he-
        cha por David Lopes en su libro Os Arabes ñas obras de Herculano, pág. 80.
          (3)  Fotuhat,  II,  234.
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