Page 65 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
P. 65
60 Parte I. — Vida de Abenarabi
tación (por el hombre) de la aseidad divina es o no posible. A nuestro juicio
lo es tanto como la de todos los nombres divinos... Yo encontré a Abuabdalá
b. Chonaid [sic] cuando vino a visitarnos en Sevilla y le interrogué sobre este
punto. Entonces me contestó que era posible y lícito al hombre el asimilarse
(por imitación) la propiedad de ese nombre; pero después rehusó aceptar esa
tesis, sin que yo sepa cuál fuese la causa de su resistencia... Era éste, quiero
decir, Abuabdalá b. Chonaid, de Cabrafigo, aldea de los distritos de Ronda en
tierra de Alandalus. Yo no cesé de tratarlo con toda benevolencia en su alque-
ría en medio de sus discípulos y secuaces, porque era motázil de escuela, hasta
que la cuestión se le aclaró y abjuró de los errores de la herejía motázil... Y
hasta me dió las gracias por ello. Por su conversión, convirtiéronse también to-
dos sus discípulos y secuaces. Sólo entonces me separé de él."
El espíritu inquieto de Abenarabi no se satisfacía ya dentro de los
reducidos límites de su patria. Antes del año 590 (1 193 de J. C.) debió
pasar al Africa. Su principal objetivo debió ser tratar de cerca al céle-
bre maestro sevillano Abumadián (vulgarmente llamado Abumedín),
que en Bugía había establecido su escuela mística desde hacía bas-
tantes años (1). No consta, sin embargo, de un modo seguro, que
Abenarabi lo conociese allí, pues el 597 (1200 de J. C), fecha en que
los biógrafos dicen que entró en Bugía, había ya muerto Abumedín en
Tremecén. Esto no obstante, Abenarabi cita repetidas veces, en su
Fotuhat y en su Mohadara, a Abumedín como maestro suyo, ponde-
rando sus visiones, milagros, virtudes y doctrina (2). Por otra parte,
como luego diremos, Abenarabi estaba en Túnez el año 590 (1193
de J. C.) ; es, pues, de creer que pasaría por Bugía antes de esa fecha,
y entonces pudo tratarlo. De las innumerables maravillas, de que fué
testigo entonces Abenarabi, recuerda especialmente un estupendo caso
de sugestión hipnótica realizada por Abumedín con un hijo suyo de
(1) Sobre la vida y las ideas místicas de este famoso sufí sevillano puede
verse Bargés, Vie du célebre marabout Cidi Abou-Médien (París, Lé-
roux, 1884).
(2) Cfr. Fotuhat, I, 288, 318, 330, 838.—Mohadara, I, 76, 145, 171, 178;
11, 24, 60, 67, 69, 111,
II, 128, 179.—Mawaqui, 69, 71, 96, 114, 116, 151, 152,
166, 171. Sería muy interesante un estudio de síntesis de todos estos pasajes
anecdóticos que describen con pintoresco realismo la vida espiritual de este
místico sevillano y completan la deficiente biografía de Bargés, arriba citada.