Page 71 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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66            Parte  I. —  Vida de Abenarabi
        cuando pasó por allí un hombre forastero,  al cual no conocíamos, y que pare-
        cía un peregrino. Sentóse con nosotros y se puso a tomar parte en la conver-
        sación. Al poco rato comenzó a recitarnos estas estrofas, y a todos nos gus-
        taron tanto, que las copiamos, después de preguntarle quién era su autor. El
        nos dijo: "Fulano"  (y me nombró a mí). Entonces  le dijimos: "Esa maesura
        [oratorio particular] de Abenmotsana no  la conocemos en nuestra tierra." Y
        él nos respondió: "Está en  la parte oriental de la mezquita aljama de Túnez.
        Allí mismo ha compuesto estas estrofas su autor en este momento y de él las
        he aprendido de memoria." Y diciendo esto desapareció de nuestra vista, sin
        que supiésemos qué fué de él  ni cómo se marchó, sino que ya no lo vimos..."
        Este joven [que me contó esto en Sevilla] se llamaba Ahmed y era hijo de un
        comerciante de la ciudad llamado  El  Edrisí. Era un muchacho muy piadoso
        que amaba a los devotos y gustaba de conversar con  ellos. Su conversación
        conmigo ocurrió  el año 590, y ahora estamos en 635  [ = 1237 de  J. C.]."
         Al año siguiente, 591 (1194 de  J. C), vuelve a pasar  el Estrecho
        para dirigirse a Fez por vez primera, según parece (1). De esta su pri-
        mera estancia en la capital científica de los almohades muy pocas son
        las noticias que se conservan. Verosímilmente iniciaría ya sus relaciones
        con los maestros y hermanos sufíes, cuyo trato frecuentó asiduamente
        en los siguientes años. Entre ellos distinguíase un místico muy ducho
        en la ciencia cabalística, de quien Abenarabi hízose amigo y al cual
        quizá deba atribuirse el magisterio de Abenarabi en estas materias, a
        que tan aficionado fué ya en todos sus libros. Fundándose en ciertas
        cábalas sobre  el valor numérico de las letras de un texto alcoránico,
        aquel maestro predijo que en aquel mismo año 591 obtendrían brillan-
        tes victorias sobre los cristianos de España los ejércitos almohades
        que, al mando del sultán Yacub Almansur, acababan de pasar el Es-
        trecho. Y, efectivamente, en aquel mismo año era derrotado Alfon-
        so VIII en Alarcos, perdiendo además las plazas de Calatrava y Ca-
        racuel (2).
         "Estaba yo en la ciudad de Fez  el año 591, cuando los ejércitos de los al-
        mohades estaban de paso para Alandalus, a  fin de combatir  al enemigo que
          (1)  Un pasaje de la Risalat al-cods, § 17, da a entender que quizá Abena-
        rabi estuvo ya en Fez antes del año 577 (1181 de J. C), en que murió en dicha
        ciudad cierto compañero suyo, Abuchaadún  el Alheñero.
         (2)  Fotuhat, IV, 281.
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