Page 72 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Estancia en Fez           67
        amenazaba gravemente  el predominio del islam. Me encontré con uno de los
        hombres de Dios... que era de mis íntimos y predilectos amigos,  el cual me
        preguntó: "¿Qué dices de este ejército? ¿Logrará la victoria con  la ayuda de
        Dios en este año o no?" Yo  le respondí: "Y a  ti, ¿qué  te parece?"  El dijo:
        "Ciertamente, Dios habló ya a su Profeta de esta campaña y  le prometió que
       sería victoriosa en este año dándole  la buena nueva del triunfo en su Libro
        revelado, cuando en  él le dice [Alcorán, XLVII1, 1]: "Nosotros hemos logrado
        para  ti una victoria brillante." Las palabras del vaticinio en este texto son vic-
        toria brillante... "Suma, si no, el valor aritmético de sus letras." Sumé y encon-
        tré efectivamente que la victoria había de suceder en  el año 591. Pasé después
        a Alandalus y  allí permanecí hasta que Dios otorgó su ayuda al ejército de los
        musulmanes y les abrió las puertas de Calatrava, Marcos y Caracuel, con to-
        dos los distritos contiguos a estas plazas fuertes."
          El entusiasmo provocado por este triunfo debió mover a Abenara-
       bi a permanecer en España, pues  el año 592 (1195 de  J. C.)  lo vol-
       vemos a encontrar en Sevilla, donde ya no tenía casa propia. Un ami-
       go suyo se creyó grandemente honrado hospedándolo en la suya e in-
       vitó en honor de Abenarabi a varios amigos para que le hicieran más
       agradable la estancia. Los invitados y  el anfitrión mostraron tal res-
       peto y veneración hacia Abenarabi, que éste hubo de rogarles que lo
       tratasen más llanamente. Obedecía esta veneración a la fama que nues-
       tro místico había ya adquirido con algunos libros, publicados antes
       de esta fecha, pero cuyos títulos es casi imposible precisar. Sólo pue-
       de asegurarse que no serían éstos sus obras maestras, tales como las
       tituladas Mawaqui, Fosús, Fotuhat,  etc., redactadas, sin duda, en fe-
       chas posteriores. A fin de hacer desistir a sus admiradores de su acti-
       tud respetuosa para con él, Abenarabi pidió al anfitrión uno de dichos
       libros, titulado Al-lrxad, en  el cual demostraba  la conveniencia de
       romper con la excesiva urbanidad que era habitual entre musulmanes,
       los cuales, como hermanos espirituales, deberían tratarse más senci-
       llamente (1).

         "Pasamos una vez  la noche en casa de Abulhasán  b. Abuámer  b.  Atofail
       en  Sevilla,  el año 592. Tratábame con mucha veneración y adoptaba en mi
       presencia una actitud extraordinaria de urbanidad  y cumplido. Pasaban tam-
         il)  Fotuhat, IV, 699.
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