Page 79 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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72 Parte I. — Vida de Abcnarabi
que acababan de perder con sus intrigas al maestro Abumedín. No
consta positivamente que Abenarabi formase dicho propósito en esta
fecha; pero es lo cierto que aquel mismo año 594 salía de Fez en di-
rección a Murcia, como si quisiese dar el último adiós a la tierra que
le vió nacer.
En este viaje debió pasar por Salé, puerto en el Atlántico (1) y
por Ceuta, para atravesar el Estrecho de Gibraltar, desembarcando en
la ciudad, hoy desaparecida, de Beca (entre Veger de la Frontera y
Conil). En una mezquita medio arruinada en las afueras de esta ciu-
dad, a la orilla misma del Océano Atlántico, volvió a aparecérsele por
tercera vez el Jádir andando sobre el aire, a presencia de otros pere-
grinos que, como Abenarabi, se dirigían por la costa a visitar la Rá-
pita de Ruta (hoy Rota, cerca de Cádiz), lugar de gran veneración
para los sufics (2).
"Algún tiempo después de esta fecha [590= 1193] salí de peregrinación
por la costa del Océano Atlántico, en compañía de un hombre que negaba los
prodigios de los santos. Penetré con mi compañero en una mezquita ruinosa
y solitaria para hacer la oración del mediodía, cuando he aquí que una tur-
ba de peregrinos y eremitas penetraron a la vez que nosotros para hacer
también la oración en aquella mezquita. Entre ellos se encontraba aquel
mismo hombre que me dirigió la palabra en el mar, y del cual entonces se
me dijo que era el Jádir. Estaba también entre ellos un individuo de gran
prestigio religioso y de mayor dignidad que los otros, con quien me unían des-
de tiempo anterior relaciones de afecto. Me levanté para saludarle, de lo cual
él se alegró mucho. Adelantóse, pues, para dirigir la oración ritual como imam
con nosotros. Cuando acabamos la oración, salió el imam de la mezquita, y tras
él salí yo en dirección a la puerta, que estaba situada a la parte occidental
dominando el Océano, en un lugar que se llama Beca. Plíseme a conversar con
el imam a la puerta de la mezquita, cuando he aquí que el hombre aquel, de
quien se me dijo que era el Jádir, había tomado una pequeña esterilla que ha-
bía en el mihrab de la mezquita y, extendiéndola en el aire a la altura de siete
(1) Fottihat, III, 90: "Uno de los más grandes santos, del vulgo iletrado,
refirióme en la ciudad de Salé, ciudad en el Mogreb, sobre la costa del mar
Océano, que es también llamada Finís terrae l_ í \jjJ\»Jaiu-e] porque tras ella
[
ya no hay más tierra..." Cfr. Fotuhat, II, 460.
(2) Fotuhat, I, 242. Cfr. Risalat al-cods, § 18.