Page 80 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Tercera aparición del Jádir 73
pies sobre el suelo, se mantuvo en el aire de pie sobre la esterilla mientras re-
zaba las preces de devoción supererogatorias que se acostumbran a recitar des-
pués de la oración ritual del mediodía. Yo entonces le dije a mi compañero de
viaje: "¿No ves acaso a ese individuo y lo que está haciendo?" El me contestó:
"Anda, vete a él e interrógale." Dejé, pues, a mi compañero donde estaba y me
fui a él; y así que hubo acabado sus preces, le saludé y le recité unos versos
mios [alusivos al prodigio]. El me dijo: "¡Oh, fulano!, no he hecho lo que
has visto, sino para ese incrédulo", y señaló con el dedo a mi compañero de
viaje, que negaba los prodigios de los santos, el cual estaba sentado en el
patio de la mezquita mirándole. Y añadió: "Para que sepa que Dios hace lo
que quiere con quien quiere." Volví mi rostro hacia el incrédulo y le dije:
"¿Qué dices?" El respondió: "¡Después de verlo, no hay nada que decir!" Vol-
ví en seguida adonde se había quedado mi amigo, que estaba mirándome desde
la puerta de la mezquita, y conversé con él un rato. Le dije: "¿Quién es ese
hombre que ha hecho oración en el aire?" (Yo no le dije lo que me había ocu-
rrido con él en otras ocasiones anteriores.) El me contestó: "Es el Jádir." Calló
después y la muchedumbre se marchó. Nosotros nos fuimos también en direc-
ción a Rota, lugar al cual acostumbran a ir en peregrinación los santos que
hacen vida eremítica. Está en una aldea de Ocsónoba, en la costa del Atlán-
tico (1)."
En los primeros meses del año 595 (1198 de J. C.) pasó por Gra-
nada, donde se detuvo a visitar a uno de sus más estimados maestros,
Abumohámed Abdalá el Xacaz, natural de Priego (Córdoba), cuyas
enseñanzas sobre la iluminación profética cita Abenarabi en su Fo-
tuhat (2).
"Entré a visitar en Granada, el año 595, a nuestro maestro de espíritu Abu-
mohámed Abdala el Xacaz, natural de Priego, que era uno de los más grandes
místicos que he encontrado en esta vía espiritual, pues jamás he visto a nadie
que se le pareciese en el ejercicio del combate ascético."
De su visita a su ciudad natal no tenemos más noticia que del he-
cho casi escueto y de la fecha de 595 (3).
(1) El texto dice ^«alSJLi , nombre de lugar que falta en todos los Dic-
cionarios geográficos. Los editores del Fotuhat yerran a menudo en la lectura
de los nombres de lugar de Alandalus. Por eso me atrevo a suponer que el
ms. diria
(2) Fotuhat, I, 243; IV, II. Cfr. Risalat al-cods, § 15.
(3) Fotuhat, IV, 644.