Page 87 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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        pasado?" Ellos dijeron: "Y a  ti ¿qué te ha sucedido?, porque has lanzado un
        grito que ha producido en  la multitud  los efectos que  ves." Yo  dije:  " ¡Por
        Dios, que no tengo noticia de que yo haya gritado!"
          "Yo estaba en Túnez en  el año 598  (1)."
          Cerca de un año entero, nueve meses menos unos días, según con-
        signa Abenarabi con toda precisión, duró su estancia en Túnez. Aquel
        famoso santo sufí, Abumohámed Abdelaziz, a quien fué a visitar por
        vez primera ocho años  antes,  sin conseguir que prestase entonces
        grande atención a sus doctrinas esotéricas, honróse ahora hospedán-
        dole en su propia casa durante tan largo lapso de tiempo e invitándole
        a redactar en ella uno de sus más interesantes libros, el titulado Inxá
        al-dawair wal-chadáwil (Formación de los círculos y los cuadros), en
        el cual explica, mediante figuras geométricas, su complicada y caba-
        lística cosmogonía. Los anhelos de su espíritu, que ansiaba por llegar
        cuanto antes a la Meca, hiciéronle, sin embargo, suspender entonces la
        redacción de esta obra, cuyo término no consta en qué fecha acae-
        ció (2).

          "... en nuestro libro titulado lnxá al-dawair, que en parte  lo compusimos
        en su generosa casa  [la de Abumohámed Abdelaziz] durante  la visita que  le
        hicimos  el año 598, cuando nos dirigimos a  la peregrinación de la Meca. Un
        fámulo suyo,  el virtuoso asceta Abdelchabar, sacó para su amo una copia de
        la parte de dicho libro que yo había allí redactado, y seguidamente yo reanudé
        mi viaje llevándome  el original a  la Meca, en dicho año, con  el propósito de
        acabar  allí su redacción;  pero, ocupado luego en  escribir este libro  [el Fo-
        tuhatl , no pude dedicarme a acabar de redactar aquél  ni otros varios, porque
        la orden que de Dios recibimos nos obligó a redactar ésta, sin contar además
        con los ruegos de algunos hermanos y devotos ascetas que con grandes anhe-
        los nos lo pedían, por el deseo de instruirse más y más [con el Fotuhat] y de
        atraer con él sobre sus almas las bendiciones que Dios tiene vinculadas en este
        su bendito  e ilustre templo de  la Caaba, lugar de bendición y dirección para
        las almas."
          "El conocimiento intuitivo de las esferas del macrocosmos y del microcos-
        mos (que es  el hombre)  (3). Quiero decir con esto los mundos de sus catego-

          (1)  Fotuhat,  \, 838.
          (2)  Fotuhat,  I,  126.
          (3)  Fotuhat,  \,  155.
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