Page 90 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Estancia en Meca          83
       ra de las luces), compilación de cuarenta hadices o tradiciones que, por
       una serie no interrumpida de transmisores, hace proceder de Dios mis-
       mo, y en Taif, cerca de Meca, escribe su Hilyat al-abdal (Ornamento
       de los místicos perfectos) a ruego de dos amigos sufíes, Abdalá Béder
       el abisinio (a quien luego dedicó su Fotuhat) y Abenjálid  el Sada-
       fí (1). Sus relaciones con los sufíes de Meca pasan a ser ya oficiales,
       desde el momento en que es admitido dentro de la hermandad mística
       solemnemente, como lo había sido en Sevilla muchos años antes, y más
       tarde había de serlo en Mosul, recibiendo la investidura del hábito, del
       Jádir. Las vueltas rituales en derredor del templo de la Caaba determi-
       nan en su espíritu visiones y apariciones sin cuento. Un hijo del califa
       Harún Arraxid, gran asceta, muerto en el siglo n, se le aparece en for-
       ma corpórea y  le dirige la palabra (2).

         "De estos... era [Ahmed]  el Sabati, hijo  de Harún  Arraxid,  al  cual yo
       me encontré, mientras dábamos las vueltas rituales en torno de la Caaba, un
       viernes, después de la oración pública de ese día,  el año 599. Yo le interrogué
       y  él me contestó; pero era su espíritu que había tomado un cuerpo sensible
       para aparecérseme, al dar las vueltas al templo, lo mismo que el ángel Gabriel
       tomó cuerpo con las apariencias de un árabe."

          Terribles calamidades, pronosticadas por Abenarabi a la vista de
       una extraordinaria lluvia de estrellas, tienen efectivamente lugar al si-
       guiente año de 600 (1203 de  J. C): un viento huracanado arroja sobre
       el Yemen un polvo, como de zinc, que cubre  el suelo hasta la altura
       de la rodilla y las gentes no pueden andar sino con linternas, aun de
       día, por la oscuridad del cielo, y una peste asoladora se ceba en los
       habitantes de Meca (3).

         "Yo  vi una vez las estelas de luz [producidas por los bólidos] durar una
       hora o más, mientras estaba yo dando  las vueltas  rituales en torno de  la

         (1)  Ms. Berlín, núm.  1.469, y París, nüm. 1.3381.
         (2)  Fotuhat,  II, 20.
         (3)  Fotuhat.  II, 592.
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