Page 88 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Estancia en Meca          81
       rías universales, de sus géneros y de sus principios imperantes, los que ejercen
       su influjo eficiente en todos los otros seres. Quiero decir la mutua relación que
       debe establecerse entre ambos cosmos, en cuanto que  el uno de ellos es una
       copia del  otro. Para  ejemplificar  esta  relación mutua, hemos dibujado esos
       mundos en figura de círculos como  las esferas celestes y en  el orden jerár-
       quico de éstas, en  el  libro ¡nxá al-dawair wal-chadáwil, que comenzamos  a
       componer en Túnez, en casa del doctor Abumohámed Abdelaziz, maestro que-
       rido e íntimo amigo (1)."
         Reanudando su viaje, tuvo, al pasar por Egipto, el dolor de perder
       a su compañero, Mohámed el Hasar, y parece que por entonces no se
       detuvo mucho tiempo en Alejandría ni en  el Cairo, pues dentro del
       mismo año 598 llegó al término de su peregrinación, haciéndose ve-
       cino de Meca. Pronto su fama se extendió por la Ciudad santa, y co-
       menzaron a buscar su amistad y trato personas de reconocida virtud
       y ciencia. Entre éstas, la familia del imam encargado de la Mucama
       de Abraham, llamado Abuxacha, mereció más que todos la intimidad
       de Abenarabi. Tenía este imam una hija de belleza física extraordina-
       ria, además de poseer ilustración no vulgar en las ciencias esotéricas.
       Estas prendas de Nidam o Armonía, nombre de la doncella, sugirieron
       a Abenarabi  el asunto de uno de sus libros más célebres,  el titulado
       Turchumán al-axwac (El Intérprete de los amores). El mismo Abena-
       rabi confiesa en  el prólogo que, desde aquella época en que conoció
       a la doncella, formó el proyecto de componer versos eróticos dirigidos
       a ella, en cuanto a la letra, aunque, entendidos en sentido místico, se
       refieren a Dios,  al cielo y a los deleites sobrenaturales de  la unión
       extática (2).

         "Cuando, durante  el año 598 (= 1201  de  J. C),  residía yo en  la Meca,
       frecuenté  el trato de unas cuantas personas, hombres y mujeres, todos  ellos
       gente  excelente, de  los más  cultos  y  virtuosos;  pero, de entre  ellos, no  vi
       uno..., que se asemejase  al sabio doctor y maestro Záhir Benróstam, natural
       de Ispahán y vecino de Meca, y a una hermana suya, la venerable anciana, sa-
       bia doctora del Hichaz, apellidada Gloria de las mujeres, Bintoróstam... Tenía
       este maestro una hija virgen, esbelta doncella, que encadenaba con lazos de
         (1)  Cfr. Fotuhat,  I,  11, 67, 71,  128, 273;  111, 523.
         (2)  Dzajair, 2.
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