Page 89 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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82             Parte  I. —  Vida de Abcnarabi
       amor a quien la contemplaba y cuya sola presencia era ornato de las r.unio-
       nes y maravilla de los ojos. Era su nombre Armonía y su sobrenombre Ojo
       del sol. Virtuosa, sabia, religiosa y modesta, personificaba en  sí  la venerable
       ancianidad de toda la Tierra Santa y la juventud ingenua de la gran Ciudad
        fiel al Profeta. La magia fascinadora de sus ojos tenía tal hechizo, y  tal en-
       canto la gracia de su conversación (elegante cual la de los nacidos en el Irac),
        que  si era  prolija,  fluía;  si concisa, resultaba obra de arte maravilloso, y  si
       retórica, era clara y transparente...  Si no hubiese espíritus pusilánimes, pron-
        tos  al escándalo y predispuestos a mal pensar, yo me extendería a ponderar
        aquí las prendas con que Dios la dotó, así en su cuerpo como en su alma, la
        cual era un jardín de generosidad..."
         "Durante  el tiempo que  la  traté, yo observé cuidadosamente  las  gentiles
        dotes que a su alma adornaban y las tomé como tipo de inspiración para las
        canciones que este libro contiene y que son poesías eróticas, hechas de bellas
       y galantes frases, de dulces conceptos, aunque con  ellas no haya conseguido
        expresar ni siquiera una parte de las emociones que mi alma experimentaba y
        que  el trato familiar de  la joven en mi corazón excitaba, del generoso amor
        que por ella sentía, de! recuerdo que su constante amistad dejó en mi memo-
        ria, de su bondadoso espíritu, de! casto y pudoroso continente de aquella virgi-
        nal y pura doncella, objeto de mis ansias y de mis anhelos espirituales. Sin
        embargo, conseguí poner en rimas algunas de aquellas emociones de apasio-
        nado amor que mi corazón atesoraba y expresar los deseos de mi pecho ena-
       morado, con palabras que sugiriesen mi cariño,  la honda preocupación que en
        aquel tiempo ya pasado me atormentó y  la añoranza que por su gentil trato
        todavía siento. Por eso, todo nombre que en este opúsculo menciono, a ella se
        refiere, y toda morada cuya elegía canto, su casa significa. Pero, además, en
        todos estos versos, continuamente aludo a las ilustraciones divinas, a las reve-
        laciones espirituales, a las relaciones con las inteligencias de las esferas, según
        es corriente en nuestro estilo alegórico, porque las cosas de la vida futura son
        para nosotros preferibles a  las de  la presente, y porque, además, ella sabía
        muy bien  el oculto sentido de mis versos... Preserve Dios, al lector de este can-
        cionero, de la tentación de pensar lo que es impropio de almas que desdeñan
        [tales bajezas], porque sus designios son más altos, porque sólo anhelan  las
        cosas celestiales y sólo en la nobleza de Aquel que es  el Señor único ponen su
        confianza..."
          Su  actividad  literaria  se  desarrolló  extraordinariamente  desde
        aquella fecha (598), merced al relativo reposo de su vida, hasta en-
        tonces intranquila, y a causa también de la exacerbación de su misti-
        cismo, favorecida por  el ambiente religioso de  la Ciudad santa. Al
        año siguiente, 599 (1202 de J. C.) publica su Mixcat al-anwar (Lámpa-
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