Page 214 - Los gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural
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para mí. Cuando le oí decir eso, lo vi todo rojo, y me lancé sobre él con el

               rifle de un ganadero, y le corté en la cara, en el cuello, en el costado, el pecho
               y el vientre, y lo único que le salvó la vida fue que la muchedumbre me apartó
               de él.
                    Hubo  una  vista  preliminar,  me  acusaron  de  los  cargos  de  asalto,  y  mi

               juicio quedó fijado para la siguiente reunión del tribunal. Kirby era tan recio
               como  un  roble,  y  se  recuperó  jurando  venganza,  pues  era  un  presumido,
               aunque Dios sabe por qué, y yo le había desfigurado de forma permanente.
                    Mientras  Jack  Kirby  se  recuperaba,  el  viejo  Garfield  también  se

               restableció, para asombro de todos, especialmente de Doc Blaine.
                    Recuerdo bien la noche que Doc Blaine me llevó de nuevo a la granja de
               Jim  Garfield.  Yo  estaba  en  el  garito  de  Shifty  Corlan,  intentando  beber
               suficiente del agua sucia que llamaban cerveza para sacarle el gusto, cuando

               Doc Blaine entró y me persuadió de que le acompañara.
                    Mientras  recorríamos  la  tortuosa  carretera  vieja  en  el  coche  de  Doc,  le
               pregunté.
                    —¿Por qué insiste tanto en que le acompañe en esta noche concreta? No

               se trata de una visita profesional, ¿verdad?
                    —No —dijo—. No podrías matar al viejo Jim ni con un hacha de roble.
               Se ha recuperado por completo de las heridas que deberían haber matado a un
               buey. Para ser sincero, Jack Kirby está en Lost Nov, jurando que te matará en

               cuanto te vea.
                    —¡Bueno, por amor de Dios! —exclamé furioso—. Ahora todo el mundo
               pensará  que  me  he  ido  de  la  ciudad  porque  le  tengo  miedo.  ¡Lléveme  de
               regreso ahora mismo, maldición!

                    —Sé razonable —dijo Doc—. Todo el mundo sabe que no tienes miedo
               de Kirby. Ya nadie le tiene miedo. Le han destapado el farol, y por eso está
               tan  furioso  contigo.  Pero  no  puedes  permitirte  tener  más  problemas  con  él
               ahora, cuando falta tan poco para tu juicio.

                    Me reí y dije:
                    —Bueno, si me busca de verdad, puede encontrarme con tanta facilidad
               en la granja del viejo Garfield como en la ciudad, porque Shifty Corlan le oyó
               decir  adónde  íbamos.  Y  Shifty  me  ha  odiado  desde  que  le  dejé  pelado  en

               aquel intercambio de caballos el otoño pasado. Le dirá a Kirby adónde he ido.
                    —No se me había ocurrido —dijo Doc Blaine, preocupado.
                    —Demonio, olvídelo —le aconsejé—. Kirby no tiene agallas para hacer
               otra cosa que ladrar.







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