Page 219 - Los gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural
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EL VALLE DEL GUSANO



                                                 The Valley of the Worm



                                                    [Weird Tales, 1934]





                    Os  hablaré  de  Niord  y  el  Gusano.  Habéis  oído  la  historia  bajo  muchas

               formas distintas antes. En ellas, el héroe se llamaba Tyr, o Perseo, o Sigfrido,
               o Beowulf, o San Jorge. Pero fue Niord quien se encontró con la abominable
               cosa  demoníaca  que  salió  arrastrándose  repugnantemente  del  infierno,  y  de
               cuyo  encuentro  surgió  el  ciclo  de  relatos  heroicos  que  ha  ido  girando  por

               todas  las  eras  hasta  que  la  misma  esencia  de  la  verdad  se  ha  perdido  y  ha
               pasado al limbo de las leyendas olvidadas. Sé de lo que hablo, pues yo fui
               Niord.
                    Mientras yazgo esperando la muerte, que se arrastra lentamente sobre mí

               como una babosa ciega, mis sueños se llenan con visiones deslumbrantes y
               con  la  pompa  de  la  gloria.  No  es  con  la  vida  gris  y  afligida  por  las
               enfermedades de James Allison con lo que sueño, sino con todas las figuras
               resplandecientes de espléndida nobleza que le han precedido, y con las que le

               sucederán; pues he atisbado débilmente, no sólo las figuras que han dejado su
               rastro antes, sino también las figuras que vendrán después, como un hombre
               en un largo desfile atisba, en la lejanía, la hilera de figuras que le preceden
               doblando una remota colina, recortándose como una sombra contra el cielo.

               Yo soy uno de ellos y todo el despliegue de figuras, formas y máscaras que
               han  sido,  que  son,  y  que  serán  las  manifestaciones  visibles  de  ese  espíritu
               elusivo,  intangible,  pero  vitalmente  existente,  está  ahora  desfilando  ante  el
               fugaz y temporal nombre de James Allison.

                    Cada hombre y cada mujer del mundo es parte y todo de una caravana
               similar de formas y seres. Pero no pueden recordarlo, sus mentes no pueden
               saltar los breves y horribles abismos de negrura que existen entre esas formas
               perecederas,  como  tampoco  recuerdan  que  el  espíritu,  alma  o  ego,  al





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