Page 98 - Los gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural
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—Este hombre está loco, pero con él podremos repartir mandobles y ver
tierras extrañas; de todas formas, no tenemos otra alternativa.
—Un sitio es igual que otro para los hombres sin señor y los vagabundos
—repuso el enorme sajón—. Dile que le seguiremos hasta el Infierno y que
chamuscaremos la cola del Demonio si hay la menor oportunidad de
conseguir un botín.
4. IMPERIO
Turlogh y Athelstane se apoyaron en la borda, mirando hacia la Isla de los
Dioses que rápidamente se perdía en la lejanía, desde la cual se elevaba una
columna de humo, cargada de los fantasmas de mil siglos y las sombras y
misterios de un imperio olvidado, y Athelstane maldijo como sólo puede
hacerlo un sajón.
—El rescate de un rey… y después de tanta sangre derramada… ¡nos
vamos sin ningún botín!
Turlogh agitó la cabeza.
—Hemos visto caer un reino antiguo; hemos visto los últimos restos del
imperio más antiguo del mundo desmoronarse en las llamas y el abismo del
olvido, y la barbarie levantar su brutal cabeza por encima de las ruinas. Así
mueren la gloria y el esplendor, y la púrpura imperial… entre llamas rojas y
humo amarillo.
—Pero ni una pizca de botín… —insistió el vikingo.
Una vez más Turlogh agitó la cabeza.
—Yo he salido de allí con la joya más valiosa que había en la isla… algo
por lo cual hombres y mujeres han muerto y los desagües se han llenado de
sangre.
Sacó de su cinto un pequeño objeto, un símbolo de jade curiosamente
tallado.
—¡El emblema del rey! —exclamó Athelstane.
—Sí; mientras Brunilda luchaba conmigo para impedir que te siguiera por
el pasillo, esta cosa se quedó enganchada en mi cota de malla y se desprendió
de la cadena de oro que la sujetaba.
—El que lo lleve será el rey de Bal-Sagoth —rumió el poderoso sajón—
¡Tal y como predije, Turlogh, eres rey!
Turlogh rio con amargas carcajadas y señaló la gran columna ondulante
de humo que flotaba en el cielo alejándose del horizonte marino.
—Sí… un reino de muertos… un imperio de fantasmas y humo. Soy el
Ard-Righ de una ciudad fantasma… soy el Rey Turlogh de Bal-Sagoth y mi
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