Page 347 - Fantasmas
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Joe  HiLL



    taba tan  decidida  a que Morris  nadara  como  a que yo no  lo hi-
    ciera.  Me quedaba, por tanto,  sentado  en la arena  junto a ella y
    sin permiso  para  ir a ninguna parte.  Podía  leer, pero  no  podía
    jugar, ni siquiera hablar con  otros  niños.  Cuando  lo pienso, me
    resulta  difícil  reprocharle  que fuera tan  severa  conmigo  en  esa
    o en  otras  ocasiones.  Mi madre  siempre vio lo peor de mí, mu-
    cho más  que el resto de la gente.  Intuía  mi potencial, y éste, en
    lugar de darle un motivo  de alegría y esperanza,  la hacía ser más
    dura conmigo.
          Lo que Morris  había hecho  en  el cuarto  de estar  en  el es-
    pacio de media hora era  sólo un  indicio  de lo que podría hacer
    en  un  espacio tres  veces  mayor  y con  todos  los vasos  de papel
    que quisiera.  Durante  el año  siguiente  construyó  con  gran  es-
    mero  una  autopista  elevada  —recorría  haciendo  curvas  todo
    nuestro  espacioso y bien iluminado  sótano,  pero  en línea recta
    habría  medido  casi cuatrocientos  metros—,  una  esfinge gigan-
    te y un  iglú lo suficientemente  grande como  para  que  los dos
    pudiéramos  sentarnos  dentro,  con  una  puerta  baja por la que
    entrábamos a rastras.
          A partir de ahí, no  pasó mucho  tiempo hasta que empezó
    a construir  altísimas  aunque  impersonales  metrópolis  de LEGO,
    siguiendo el diseño  arquitectónico  de ciudades  de verdad.  Y un
    año  más  tarde ya trabajaba  con  fichas  de dominó,  creando  de-
    licadas  catedrales  con  docenas  de agujas de color marfil en per-
    fecto  equilibrio,  que llegaban hasta  la mitad  del techo.  Cuan-
    do tenía nueve  años  se hizo famoso  por un  tiempo, al menos  en
    Pallow, cuando  el Chronicle  de Boston publicó un  breve artículo
    sobre  él. Morris  había  montado  más  de dieciocho  mil fichas
    de dominó  en  el gimnasio del colegio para chicos  con  trastornos
    del desarrollo  al que acudía.  Les  dio la forma  de un  gigantesco
    grifo, o sea,  un  animal  mitológico  mitad  águila, mitad león, en-
    frentándose  a un  ejército  de caballeros,  y el Canal  5 lo grabó
    mientras  representaba la batalla y el dominó  se desmoronaba  en




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