Page 348 - Fantasmas
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FANTASMAS



          medio  de un  gran  estruendo.  Las fichas  caían  con  tal estrépito
          que daba la impresión de que había flechas volando  y que el gri-
          fo atacaba  a los caballeros  con  armadura;  tres  hileras  de fichas
          de color rojo se derrumbaban  simulando  sablazos.  Durante  una
          semana  sufrí furiosos  ataques  de letal envidia:  salía de una  ha-
          bitación  cuando  Morris  entraba  en  ella, no  podía soportar  que
          fuera el centro  de tanta  atención.  Pero mi resentimiento  lo afec-
          taba tan  poco  como  su  fama.  Ambos  lo dejaban por completo
          indiferente.  Renuncié  a estar  enfadado  cuando  comprendí que
          era  como  gritar a una  pared, y con  el tiempo  el resto  del mun-
          do se  olvidó  de que Morris  había sido alguna vez  alguien inte-
          resante.
                Para cuando  entré  en  el instituto  y empecé a salir por ahí
          con  Eddie  Prior, Morris  se  había pasado a las fortalezas  hechas
          con  cajas de cartón  que mi padre llevaba  a casa  del almacén  de
          la compañía  marítima  en  la que trabajaba.  Casi  desde  el prin-
          cipio, lo que  hacía  con  las cajas de cartón  fue distinto  de las
          cosas  que  había  construido  con  fichas  de dominó  o  con  va-
          sos  de papel.  Mientras  que  sus  otras  construcciones  tenían
          siempre  un  principio  y un  fin, las que  hacía  con  cajas de car-
          tón  no  parecían  seguir un  diseño  concreto,  y así una  cosa  se
          transformaba  en  otra,  un  refugio en  un  castillo  y éste en  unas
          catacumbas.  Pintaba  los exteriores,  decoraba  los interiores,  re-
          cortaba ventanas  y puertas  que se  abrían  y cerraban.  Y enton-
          ces,  un  día, sin previo  aviso  y sin  explicación  alguna,  des-
          montaba  gran parte de la estructura  y empezaba a reorganizarla
          por  entero,  siguiendo  líneas  arquitectónicas  completamente
          distintas.
                Además,  aunque  sus  trabajos con vasos  de papel  o LEGO
          siempre  lo habían  calmado,  lo que construía  con  cajas de pa-
          pel parecía dejarlo nervioso  e insatisfecho.  Que le faltaran unas
          cuantas  cajas para  completar  lo que  estaba  construyendo  en  el
          sótano  tenía  siempre sobre  él un  efecto  curioso  y negativo.




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