Page 739 - Microsoft Word - King, Stephen - IT _Eso_.DOC.doc
P. 739

--¡No la toques, Bill! -chilló Ben.
                   Bill apartó la mano con un movimiento rápido y brusco, dejando un sitio en carne
                viva en su palma, justo debajo de los dedos, que se llenó de sangre. Se levantó,
                tambaleante, sin apartar los ojos de la araña.
                   Se iba trabajosamente, abriéndose paso por la creciente penumbra que reinaba
                en la parte trasera de la cámara al desvanecerse la luz. Iba dejando charcos de
                sangre oscura a su paso. De algún modo, la confrontación había perforado sus
                entrañas en diez, en, cien lugares.
                   --¡La tela, Bill! -vociferó Mike-. ¡Cuidado!
                   Bill dio un paso atrás en el momento en que las hebras de la telaraña caían
                sobre las lajas a cada lado, como cadáveres de carnosas serpientes blancas. De
                inmediato empezaron a perder forma y escurrirse por los resquicios entre las
                piedras. La telaraña se deshacía desprendiéndose de sus numerosas ataduras.
                Uno de los cadáveres, envuelto como una mosca, cayó al suelo con un horrible
                ruido a calabaza podrida.
                   --¡La araña! -gritó Bill-. ¿Dónde está?
                   Aún la oía chillar de dolor. Comprendió vagamente que había entrado en el
                mismo túnel por donde había arrojado a Bill hacia... Pero ¿entraba allí para huir
                hacia el lugar donde había querido enviar a Bill... o para esconderse hasta que
                ellos se hubieran ido? ¿Para morir? ¿Para escapar?
                   --¡Mierda, las luces! -gritó Richie-. ¡Se están apagando las luces! ¿Qué ha
                ocurrido, Bill? ¿Adónde has ido? ¡Te dimos por muerto!
                   En alguna confundida parte de su mente, Bill comprendió que eso no era cierto:
                si lo hubieran dado por muerto habrían huido en desbandada y "Eso" los habría
                apresado con facilidad, uno a uno. o tal vez era más acertado decir que lo habían
                dado por muerto, pero también habrían creído que seguía con vida.
                   "¡Tenemos que asegurarnos! Si "Eso" está agonizando o si ha vuelto al lugar de
                donde vino, donde está el resto de ella, todo está bien. Pero ¿y si sólo está
                herida? ¿Y si se cura? ¿Qué...?"
                   El chillido de Stan se abrió paso dolorosamente entre sus pensamientos. Bajo la
                luz menguante, Bill vio que una de las hebras de la telaraña le había caído sobre
                el hombro. Antes de que Bill pudiera llegar hasta él, Mike se arrojó hacia Stan,
                apartándolo. El fragmento de telaraña cayó hacia atrás, llevándose un trozo de la
                camiseta de Stan.
                   --¡Retroceded! -gritó Ben-. ¡Apartaos, se está cayendo!
                   Cogió a Beverly de la mano y tiró de ella hacia la puertecita mientras Stan se
                levantaba dificultosamente y, después de dirigir alrededor una mirada aturdida,
                aferraba a Eddie. Los dos echaron a andar hacia Ben y Beverly ayudándose
                mutuamente; parecían fantasmas bajo la luz menguante.
                   Allá arriba, la telaraña se derrumbaba perdiendo su temible simetría. Los
                cadáveres giraban perezosamente en el aire, como plomadas. Las hebras
                transversales caían como peldaños podridos de un complejo de escalerillas. Los
                filamentos rotos golpeaban contra las lajas, siseaban, perdían forma y empezaban
                a fundirse.
                   Mike Hanlon avanzó en zigzag por entre ellos, tal como más tarde avanzaría
                entre los miembros del equipo adversario, en el instituto, con la cabeza gacha,
                esquivando. Richie se reunió con él. curiosamente reía, aunque tenía el pelo de
   734   735   736   737   738   739   740   741   742   743   744