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Y golpeó a "Eso". Sintió su ruidoso calor metiéndose en él; sintió un calor
                húmedo, terrible, y se dio cuenta de que su brazo sano se había deslizado en la
                boca de la araña.
                   Apretó otra vez el inhalador dentro de la maligna y maloliente garganta de "Eso",
                y sintió un dolor súbito, deslumbrante, claro como la caída de una guillotina. "Eso"
                había cerrado las fauces, desgarrándole el brazo a la altura del hombro.
                   Eddie cayó al suelo, sangrando por el muñón del brazo, vagamente consciente
                de que Bill se estaba levantando, estremecido, de que Richie avanzaba hacia él, a
                tropezones, como borracho tras una larga noche.
                   --Eds...
                   Todo se alejaba de él junto con su sangre: toda la ira, el dolor, el miedo, la
                confusión y el sufrimiento. Estaba agonizando, peor se sentía... Oh, Dios, se
                sentía lúcido, como una ventana a la que le acaban de limpiar los cristales y deja
                entrar, en su gloriosa y atemorizante luz, una insospechada aurora. La luz, oh,
                Dios, esa luz perfecta y racional que despeja el horizonte en alguna parte del
                mundo, segundo a segundo.
                   --Eds; oh Dios mío, Bill, Ben, alguien ha perdido un brazo, el...
                   Eddie miró a Beverly y vio que estaba llorando; las lágrimas le resbalaban por
                las mejillas mientras le pasaba un brazo por la cintura. Ella se quitó la blusa y trató
                de detener la hemorragia mientras gritaba pidiendo ayuda. Después miró a Richie
                y se humedeció los labios con la lengua. Se esfumaba, se esfumaba. Se iba
                tornando más y más translúcido, vaciándose. Todas las impurezas escapaban de
                él para dejarlo limpio, para que la luz pudiera pasar; de haber tenido tiempo
                suficiente, habría podido pronunciar un sermón. "No es malo -empezaría-. Morir no
                es nada malo." Pero antes necesitaba decir otra cosa.
                   --Richie- susurró.
                   --¿Qué? -Richie estaba hincado mirándolo con desesperación.
                   --No me llames Eds -dijo y sonrió. Levantó lentamente la mano izquierda y le
                tocó la mejilla. Richie lloraba-. Sabes que... que...
                   Eddie cerró los ojos, pensando cómo terminar; y mientras estaba pensándolo,
                murió.



                   6. Derry, 7.00/9.00.

                   Hacia las siete de la mañana, la velocidad del viento en Derry alcanzaba 56
                km"h con ráfagas que llegaban a 68. Harry Brooks, meteorólogo destacado en el
                aeropuerto internacional de Bangor, hizo una llamada de alarma a la oficina de
                Augusta. Según dijo, los vientos venían del oeste y soplaban en un extraño
                esquema semicircular; él jamás lo había visto, pero cada vez se parecía más a un
                misterioso huracán de bolsillo limitado casi exclusivamente al municipio de Derry.
                A las 7.10, las principales radioemisoras de Bangor transmitieron las primeras
                advertencias de que se aproximaba un fuerte vendaval. La explosión del
                transformador de potencia en el local de Tracker Hermanos, había dejado sin
                energía eléctrica a todo el sector de Kansas Street que daba a Los Barrens. A las
                7.17, un viejo arce de Old Cape, en Los Barrens, cayó con un estruendo aterrado
                y aplastó un almacén nocturno en la esquina de Merit con la avenida Cape. Un
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