Page 149 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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M itos griegos e H istoriografía A ntigua                     161

      concreción. Hay mucha distancia entre Homero y Heródoto; pero en
      eeste ultimo se aprecia no obstante aún un temor a narrar lo lejano en el
      tiempo,  el spatium historicum, el makros kronos, por ello no puede
      negar la tradición oral «histórica». Tucídides no habla de un problema
      en la fijación de límites temporales porque para él la historia es con­
      temporaneidad, y pretende encontrar constantes de los actos en el tiem­
      po (su tiempo) y las leyes que las rigen. Hace una historia exclusiva­
      mente política, sin embargo ni en él, ni antes en Heródoto, hay una
      trascendencia social que excede al acto de escribir historia, cuya difu­
      sión era muy restringida. El historiador griego actuaba de forma aisla­
      da, desde una postura personal ética, una meditación acerca del pasado
      que  no  participaba  de  una  ideología  colectiva.  La  indiferencia
      institucional hacia los historiadores se convierte a partir de Polibio en
      una toma de partido. Polibio, que escribe en griego, es la bisagra entre
      dos culturas y dos formas de escribir historia:  universalidad fiente a
      singularidad, y pragmatismo frente a inoperanda.
         Momigliano niega la concepción de tiempo cíclico en los historia­
      dores griegos, incluso en Polibio a pesar de que en el libro VI sistematiza
      y reflexiona acerca del devenir cíclico de las constituciones.  En los
      historiadores hay claro predominio de la exposición de hechos sobre la
      teoría de su razón y de la razón del sujeto por narrarlos. Lo más que se
      llega es a una reflexión sobre la necesidad de autentificar lo narrado:
      pretensión de evitar el tiempo muy lejano, exigencia de narrar de visu,
      o con fuentes documentales. Y si en alguno encontramos teoría es pre­
      cisamente  en el  libro VI de Polibio.  El  dilema estriba en que  esa
      teorización no tiene su correspondencia en la praxis histórica (éste es el
      argumento esgrimido por Momigliano). Pero esto sucede todavía hoy.
        La historiografía latina, como ninguna otra civilización, hizo suya la
      historiografía griega. Ese epigonismo no es sin embargo parasitario.
      Frente a la griega, la historiografía romana-pagana es, sobre todo, polí­
      tica, de partido, clasista. No de un individuo que como tal reflexiona
      sobre la sociedad y su pasado: es un personaje de un grupo, de una casta
      dominante y  cerrada que  argumenta y  ve  la historia como  una
      degeneratio temporum, una nostalgia por el pasado que se traduce en
      cierto pesimismo historiográfico en el futuro. Hay en ellos, por supues­
      to, un gran componente ideológico, de trascendencia social; y, respecto
      al pasado, una intención arqueológica, de reconstrucción (subjetiva) de
      «aquella República», la mos maiorum, los patres...  La temporalidad
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