Page 147 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
P. 147

M jtos griegos e H istoriografía A ntigua                     159

      nacionalismo literario y étnico que aún se regía por la tradición escrita
      de los patriarcas y profetas, figuras ya anacrónicas y fundamentalmente
      distintas de los nuevos pastores de la Iglesia, los obispos, cada vez más
     parecidos a jefes políticos que a guías espirituales. El concepto filosófi-
      co-historiográficojudeo-cristiano de temporalidad-lineal-ad aeternum,
      común en principio, no sólo no sirvió como cemento entre ambas co­
      munidades, sino que aceleró su divorcio. Los ideales del cristianismo
      primitivo, tres siglos después de su origen, fueron aplastados por la
      parafemalia litúrgica, por las disputas jerárquicas y el peso de la nueva
      estructura ideológica y política.
                                    ***


        La reflexión teórica de la categoría del objeto de este estudio, el
      tiempo en la historia y en los historiadores antiguos, surge del conven­
      cimiento de que Teoría y Hechos son inseparables y necesarios en his­
      toria. Ello justifica la división del trabajo en una parte de pura teorización,
      acerca de la temporalidad, luego un capítulo puente a propósito de la
      delimitación temporal abstracta y concreta, y una tercera parte, que,
      apoyada en opiniones y modelos de Amaldo Momigliano, estudia el
      uso  del  tiempo  en  los  historiadores  antiguos  y  sus  posibles
      implicaciones ideológicas.
        El tiempo es consustancial a la historia y una de sus coordenadas
      definitorias. La historia y el tiempo son categóricamente dinámicos: el
      hombre (la sociedad) es quien los protagoniza y los habita, quien los
      estudia y los mide. El tiempo histórico es un referente que identifica al
      hombre en su existencia, su ser. Hombre, tiempo, espacio, historia en
      definitiva hablan de una realidad que se mueve continuamente, y desde
      el final de esa pura linealidad cronológica, ahora mismo, miramos hacia
      el tiempo que ya no es, al pasado, y ese tiempo recuperado es comprensi­
      ble de una determinada forma, puede responder a una experiencia perso­
      nal de conocimiento o a un plan ideológico que afecte a una pluralidad,
      puede ser literatura o puede ser ciencia, y todo junto transforma la reali­
      dad en realidad relativa, como toda realidad dinámica del Universo. El
     tiempo de los historiadores habla de una realidad que se concreta, y ese
      discurso que contiene el hecho histórico no es el objetivo de la historia
      (es objeto de la literatura, de una situación ideal y/o imaginaria) sino el
      vehículo  de  la  operatividad  lógica  que  entiende  la  historia.
   142   143   144   145   146   147   148   149   150   151   152