Page 148 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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        El tiempo existe porque hay memoria y conciencia de lo que ya no
     es. Y existe continuamente, pero no es uniforme. Damos a la historia la
     categoría de ciencia, y por ello los elementos que la constituyen partici­
     pan  del  conglomerado  relativo:  también  el  tiempo,  que  será
     pluridimensional, interrelacionado, dinámico y objetivo; es distancia y
     medida y ritmo de los cambios.
        La categoría relativa, objetivable, del tiempo hace que también a
     través de su uso las hipótesis históricas sean convalidadas participando
     del método (que le confiere estatuto científico) del historiador. En la
     praxis histórica el sujeto cognoscente debe usar primero la temporali­
     dad absoluta, la pura cronología, para situarlos, pero los actos singula­
     res no explican procesos ni estructuras. La singularidad sólo se explica
     a sí misma. Se contradice con la realidad cambiante que es la vida.
     Interesa conocer los procesos y las estructuras que los sostienen: no un
     tiempo corto referencial, ni un tiempo medio coyuntural; es un tiempo
     largo estructural (Braudel) el que explica mejor la historia, porque la
     contiene en mayor medida y en la mayor diversidad. En esa longue
     durée la abundancia de  fuentes precisa un análisis  documental no
     hermenéutico como objetivo final, y una manipulación de fuentes indi­
     rectas mediante operaciones lógicas para que todos los testimonios sean
     homologables e identificables con relación al objeto que explican.
        El problema del tiempo está en el origen de la historiografía. La
     racionalización del tiempo mítico coincide con el nacimiento de una
     conciencia de la temporalidad, de la fijación de los límites donde la
     memoria coincide con la realidad. El poeta Hesíodo hablaba de un tiem­
     po desvinculado del mundo, en un transcurrir que sólo afectaba a las
     vidas de sus personajes. Pero el griego arcaico se sentía cómodo en la
     niebla de su temporalidad histórica: la memoria poética era explica­
     ción suficiente de la existencia. El vacío, la distancia, el espacio... «todo
     estaba lleno de dioses». Cuando hubo tantas historias imposibles de ser
     recordadas por el rapsoda surgió la práctica de escribirlas. La racionali­
     dad de la ciencia (filosofía) jonia aplicada a la vieja tradición, oral o
     escrita, hizo reflexionar a Heródoto acerca de la necesidad de escribir y
     describir los acontecimientos antes que traspasaran la línea del tiempo
      «que todo lo oculta».
        Los filósofos griegos sí habían meditado acerca del tiempo. Entre
      los historiadores griegos, Heródoto fue el primero que se encontró con
      la dificultad de enfrentarse racionalmente al tiempo histórico y darle
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