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En el curso de su episcopado tuvo que hacer frente a tres herejías:
maniqueísmo, donatismo y pelagianismo.
El maniqueísmo26 sostenía la idea de que el mundo creado es malo
y que ha sido producido por un agente maligno opuesto al Dios bueno.
Agustín insistió en que el Dios bueno había creado todas las cosas y
continuaba dándoles el ser, que es fundamentalmente bueno, ya que el
mal sólo es la privación del bien en las cosas. Su refutación parece
tajante, sin embargo algunos investigadores ven en su obra restos de
este maniqueísmo que él mismo profesó en su juventud.
La herejía donatista27 versaba sobre la unidad y la santidad de la
Iglesia. Agustín afirmaba que la Iglesia es una por el mutuo amor de sus
miembros, y que es santa en cuanto a sus fines. Se enfrentó también a
San Cipriano en tomo al problema de la naturaleza de la Iglesia. En el
ardor de la controversia Agustín se dejó llevar a aceptar «que la fuerza
era necesaria para luchar contra los herejes y que se puede recurrir al
poder del Estado en apoyo de la autoridad de la Iglesia». Esta opinión
influiría durante toda la Edad Media,28 y a este «augustinismo político»
han de atribuirse las persecuciones emprendidas por la Iglesia y el Esta
do contra la herejía.
La tercera herejía, el pelagianismo,29 se centraba en el problema de
la gracia y la libertad del hombre.
Su pensamiento historiográfico queda recogido en su De Civitate Dei,
obra compuesta de 22 libros, escrita a lo largo de muchos años para con
trarrestar la consternación causada por la caída de Roma en el 410. Es un
alegato contra lo que Agustín entiende como las incongruencias,
26 F. Decret, L ’Afrique manichéenne (siècles IV- V). Étude historique et doctrinale, Paris 1978,
ld., Aspects du manicheisme dans l ’Afrique romaine. Les controverses de Fortunatus,
Faustus et Felix avec Saint Augustin, 1970; C. Tresmontant, La métaphysique du
christianisme, 528-549, reproduce y comenta varios fragmentos de los tratados
antimaniqueos de S. Agustín, concretamente Acta contra Fortunatum manichaeum, De
Genesi contra manichaeum y De natura boni contra manichaeos.
27 Sobre Agustín y los donatistas, W.H.C. Frend, The Donatist Church, Oxford 1952; G.
Wilüs, Saint Augustine and the Donatist Controversy, London 1950.
28 Brandon, op. cit., 93; J. Fernández Ubifia, La crisis del siglo Illy elfin del mundo antiguo,
Madrid 1982, 33.
29 A. Blázquez, La tradición de San Agustín a través de la controversia pelagiana. Madrid
1943. Sobre Pelagio y el pelagianismo, G. Plinval, Pélage, ses écrits, sa vie et sa reforme,
Lausanne 1943; J. Fergusson, Pelagius, Cambridge 1956: S. Presse, Pelagio e
pelagianismo, Roma 1961; P. Brown, op. cit., 340-375;, y J. Burnaby, Amor Dei. A study
of the religion of St. Augustin, 1938.