Page 196 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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     absurdos e inmoralidades del paganismo.30  En ella se describen dos
     ciudades, la ciudad terrena y la ciudad de Dios, donde se enfrentan los
     sistemas rivales del paganismo y el cristianismo. Ambos persisten, se
     influyen y atacan mutuamente. El juicio de Dios actúa en la historia,
     pero la justificación definitiva no llegará hasta el Juicio Final.31 Agustín
     concibe la ciudad de Dios como una realidad que desborda los límites de
     la Iglesia, aunque en su obra hay pasajes en que éstas se pueden identifi­
     car. Su obra histórica se centra casi exclusivamente en el Civitate, siendo
     las demás de carácter filosófico o apologético.


     Época e influencias historiográjicas

        Saltando los siglos gracias a la situación nueva de un Imperio roma­
     no cristiano, Agustín enlaza con Salustio y Cicerón, para quienes la
     virtud máxima era la plena dedicación a Roma.32  A partir de una op­
     ción nítida y total ante Dios y de un concepto de historia eminentemen­
     te teológico, Agustín alcanza unas concreciones político-sociales su­
     mamente equívocas. Pero veamos otros autores.
        La obra Historiarum libri VII adversum paganos de Orosio, escrita
     durante los años 416y417y dedicada a Agustín, en realidad no es sino
     una continuación del libro III de La Ciudad de Dios,33  e insiste en el
      30 Es fundamental el libro de E.R. Dodds, Cristianos y  paganos en una época de angustia,
        Madrid 1975.
      31 Al final de los tiempos, tal como anuncia el evangelista Juan (V, 28,29). Sobre la filosofía de la
        Historia agustiniana: M.F. Sciacca, «El concepto de historia en San Agustín»; G. del Estai,
        «La ciudad de Dios ante el curso de los tiempos. Historia. Filosofía de la historia. Filosofía
        cristiana de la historia», J. Straub, «La hora histórica de San Agustín. Obra de salvación e
        historia universal en La Ciudad de Dios». Todos estos trabajos en el volumen colectivo Estu­
        dios sobre La Ciudad de Dios, (en adelante, ECD), El Escorial 1954, 205 ss., 207 ss., 587
        ss., respectivamente. Es fundamental el estudio de F. García y V. Capanaga, «La Ciudad de
        Dios o la dialéctica de la Historia», del primer volumen de las Obras de San Agustín publica­
        das por la BAC, Madrid 1946,227-248, con bibliografía pertinente en p. 301.
      32 F.J. Fortuny, en Historia del pensamiento, vol. I, Madrid 1983, 257.
      33 Para esta obra sigo la edición bilingüe preparada por M. Fuertes y S. Santamaría: San Agustín,
        La ciudad de Dios, Madrid 19844, BAC. Sobre esta obra: L. Cilleruelo, «La oculta presen­
        cia del maniqueísmo en La ciudad de Dios», en ECD, 1954,475 ss. ; V. Domínguez del Val,
        «El martirio, argumento apologético en La ciudad de Dios», en ECD,  1954, 543 ss.; E.
        Gilson, La metamorfosis de La Ciudad de Dios, Madrid 1969; J. Obersteiner, «La civitas
        de San Agustín y la teología bíblica de la historia», en ECD, 1954, 350 ss.; E. Gilson, Las
        metamorfosis de la Ciudad de Dios, Madrid  1965; T.D. Barnes, «Aspects of the back­
        ground of the City of God», Revue de l ’Université d ’Óttawa, 52,1982,64-80; E. Cavalcanti
        (ed.), S. Agostino, De Civitate Dei: L ’opera, le interpretazioni, l ’influsso,  1996.
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