Page 87 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
P. 87

M itos griegos  e H istoriografía A ntigua                    95

        Por otra parte, antes de que a Gorgona se la incluyera en algún mito
     narrativo, ya existía la máscara (gorgoneion) de Gorgona, y las más
     antiguas representaciones de Gorgona-mujer la muestran como pótnia
      theón.  En otro capítulo he estudiado y atribuido en origen la misma
     función para Goigona y para Artemis como señora de las Fieras. He
      indicado que en momentos posteriores Artemis tendría una operatividad
     horizontal, armonizadora de lo social, y que Gorgo pasaría a desempe­
     ñar funciones apotropaicas y ctónicas. Ello justifica en mi opinión la
     comparación de Paléfato de Atenea-Gorgona con los patronímicos ci­
     tados (conocidos por la fuentes literarias y epigráficas) de Artemis:
     Bendis, Dyctina y Upis, para Tracia, Creta y Esparta respectivamente.82
        Leo en el texto de Paléfato:  «Forcis muere antes de poner en el
     templo la imagen (de Atenea-Gorgona), dejando tres hijas: Esteno,
     Euríale y Medusa» (lin. 25-26). Aquí de nuevo Paléfato contradice la
     leyenda. Efectivamente tres de las hijas de Forcis fueron Esteno, Euríale
     y Medusa (es decir, las gorgonas) y el nombre de Gorgona fue atribuido
     a una sola de ellas, a Medusa, la única mortal. Paléfato en cambio no
     explica este sistema complejo de relaciones, siendo personajes inde­
     pendientes, por un lado Gorgona-Atenea, y por otro las tres hermanas
     «que mandaban cada una en una isla» (lin. 29). Son estas islas a las que
     el autor se había referido (lin. 20) como eisi dé treis, especificando que
      son tres las islas que hay más allá de las Columnas de Hércules.

     A. Grilli, «II mito dell’estremo occidente nella letteratura greca», La Magna Grecia e ilLontano
        Occidente, Taranto  1990,  9-26;  C.  Jourdain-Hannequin, Héraclès aux portes du Soir,
        París 1989; C. Nonnet & C. Jourdain-Annequin (eds.), Héraclès: d ’une rive à l'autre de
        la Méditerranée, Roma 1992; A. Mastrocinque (ed.), Ercole in Occidente, Trento 1993.
        Esta autora ha estudiado bien cómo el extremo occidente de los textos relativos a Héraclès
        es Sicilia, y cómo los periplos siciliotas de Héraclès influyen en el sincretismo religioso de
        la isla: G. Martonara, «Religioni della Sicilia antica», Kokalos, 34-35,  1988-1989, 281-
        293; C. Jourdain-Annequin, «Etre un grec en Sicile: le mythe d’Héracles», Kokalos, 34-
        35,1988-1989,143-166. Sobre Héracles/Hércules en Hispania: A. García y Bellido, «Hér­
        cules Gaditanus», AEspA, 36,1963, 70-153. J. Alexandropoulos, «Les détroit de Gibral­
        tar: remarques d’iconographie religieuse», MCV, 24,1988,5-18, estudia las monedas béticas,
        especialmente de Málaga, donde Hércules Gaditano es representado con los rasgos de
        Océano. M. Oria, «Distribución del culto a Héraclès en Hispania según los testimonios
        epigráficos», Habis 20,  1989, 263-273. M. Oria, Héraclès en Hispania: una aproxima­
        ción, Barcelona 1996.
      82 M.S. Ruipérez, «Artemis, divinidad dorio-iliria. Etimologíay expansión», Emérita, 15,1946,
        1-60, y C.L. Thracy, The mythology of Artemis and her role in Greek popular religion,
        1977,1. Chirassi, Miti e culti arcaici di Artemis del Peloponese a Grecia centrale, Trieste
        1964.
   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91   92