Page 122 - Lo Inevitable del Amor
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espaguetis y yo una ensalada César.
—¿Y entonces lo de la casa qué? —retomo la conversación.
—¿Es bonita?
—Mucho.
—¿Y nuestras habitaciones?
—Es lo único que falta, porque he pensado que deberíamos elegir los muebles
juntas.
—¡Bien! —se entusiasman—. ¿Pueden ser literas?
En el fondo todavía son niñas. Les digo que iremos esta tarde a ver la casa y
luego a elegir los muebles. Si todo va bien, hasta merendaremos tortitas con nata,
que es algo que las vuelve locas. Y así transcurrirá la tarde. Ellas no volverán a
sacar el tema de su padre y a mí me pondrá triste que tengan que asumir que
nosotros somos como los padres de Ana, de esos que no se hablan. De todas
formas, lo intentaremos pasar bien.
Ya he dicho que no tengo amigas. Las que tuve se fueron o las dejé ir. Lo
preocupante no creo que haya sido no tenerlas, sino no echarlas de menos. En
realidad, la amistad es otra forma de amor y a lo mejor yo no he tenido el
suficiente como para repartirlo. O puede que no sea algo tan trascendente,
simplemente una amiga es otra mujer con la que compartir algún rato, algún
interés, alguna afición, algún secreto. Y recalco mujer, porque aunque la amistad
con los hombres pueda también existir, yo personalmente no la he
experimentado. Yo, con los hombres de los que he sido amiga, me he acabado
acostando. Tampoco sé muy bien en qué momento alguien pasa de ser tu
conocido a ser tu amigo. Me pregunto cuáles son los requisitos, es sólo una
cuestión de tiempo o ha de pasar algo que te convierta por derecho en amiga de
alguien. Ni siquiera sé si la amistad debería ser recíproca en todos los extremos ni
si el sentimiento que experimentan dos personas amigas es exacto en las dos.
Yo creo que sí hay un momento en el que dos personas se convierten en
amigas, ése lo he vivido yo esta misma mañana con Blanca Ríos. He tenido la
necesidad de contarle lo que me pasa con Eugenio y con Óscar. Ella es a la única
persona a la que podía contárselo, aunque no sabía muy bien si lo iba a entender.
Y vaya si lo ha hecho. Además, me ha abierto los ojos. Es verdad que los
sentimientos no corresponden a ninguna lógica. Eso sí, hay que ser honestos con
ellos, con una misma. Me pasa lo que me pasa y no lo puedo evitar. Me he
sentido muy bien hablando con Blanca de ellos, debe de ser eso lo que se siente
cuando se tiene una amiga. Yo casi no me acordaba y estoy feliz por haber
recuperado ese sentimiento.