Page 74 - Lo Inevitable del Amor
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—Menos mal que no ha sido nada.
—Lo único la muñeca, que va a tener que estar un par de semanas con la
escayola, pero ahora, en cuanto se despierte, le darán el alta.
—¿Has llamado a Óscar? —pregunta Eugenio a mi madre.
—Sí. Ya viene para acá, pero antes de que llegue quiero pedirte una cosa.
Abro un momento los ojos y veo que estoy en la habitación de un hospital.
Veo a Eugenio y a mi madre, de espaldas; no se dan cuenta de que me he
despertado. Cierro los ojos para escucharles.
—Pídeme lo que quieras.
—Tienes que ayudar a María. Yo sé que tú la quieres mucho.
—Claro. Ella y yo somos amigos.
—¡Venga, Eugenio, que yo no me chupo el dedo! Tú estás enamorado de mi
hija hasta las trancas. Hasta las trancas decís los jóvenes, ¿no? Bueno, que me lío.
A lo que iba, que tienes que ayudarla.
—¿Y cómo?
—Me va a matar si sabe que te lo he contado, pero me da igual. Óscar la está
engañando.
—Bueno, eso son cosas de pareja y yo…
—No —le interrumpe—, no me refiero a que tenga alguna aventurilla. Ya sé
yo que mi hija y tú también estáis liados y no pasa nada…
—Bueno, Ernesta… —dice Eugenio por decir.
—Que a mí eso me da igual —continúa mi madre—, que yo también he
vivido lo mío y… Bueno, que me lío. A lo que iba, que Óscar…
—¡Hombre, Óscar! —exclama Eugenio interrumpiendo a mi madre.
—¡Hola! —escucho a Óscar, que acaba de llegar—. ¿Estabais hablando de
mí?
—Sí —contesta mi madre—, le estaba diciendo a Eugenio que estarías a
punto de llegar.
—¡Cuídate esa voz, Ernesta, vaya afonía! ¿Qué tal está María? —pregunta mi
marido mientras siento su beso en mi frente.
—Bien, yo creo que debemos despertarla. Ahora vendrá el médico y
seguramente le dará el alta.
No me acuerdo de nada. Regresaba a casa y me quedé dormida, según la
Guardia Civil. Perdí el conocimiento durante un rato y por eso me he pasado la
noche ingresada. No tengo nada grave, salvo lo de la muñeca, que me va a tener
sin dibujar los próximos días. No sé cómo voy a hacerlo, porque nunca he estado
más de dos días sin coger un lápiz. Ni profesionalmente ni cuando era pequeña.
Las niñas me han firmado en la escayola. Les ha hecho ilusión. Están bien, como
siempre. Han ido ya a un par de sesiones con el psicólogo y me cuentan que se