Page 79 - Lo Inevitable del Amor
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Mi madre abandona su sillón y se viene al mío para abrazarme. Curioso que
sea ella la que me esté consolando a mí, sabiendo que se va a morir.
—¡Llevas razón, mamá! —me recompongo, finalizando el abrazo—. Voy a
decirle que lo sé. Esto se ha acabado.
Y es que mi marido tiene una amante. No es sólo una aventura, eso sería lo
de menos. Es que yo conozco a esa mujer. Es la mujer morena de ojos claros
con un lunar perfecto en la mejilla que en Barcelona se hizo pasar por la abogada
de Gene. Sí, la amante de mi marido es Rocío Hurtado.